NO SER DESPREVENIDOS

Quién sabiendo que no lo quieren deja entrar a los asesinos a su casa? La ley de Dios nos permite ser cautelosos, previsivos y defendernos, tratando de no dañar a los demás. No tienen por qué prejuzgar el que viendo sus comportamientos no los acepten en sus casas y desconfíen de seres perversos y ociosos. Necia es la persona que busca su propio mal relacionándose con los impíos para ser contaminado por sus ideas y sus ejemplos.

Cuídense de seres que crecieron amando el dinero fácil y dicen que el que se enamora pierde: borrachines, viciosos y mujeriegos que sólo buscan diversión. Desalmados que viven bebiendo la vida a tragos largos y no les importa morir en pecado. Es su libre albedrío perderse, ser perversos y corrompidos, pero el mío y el de los hijos de Dios, es no juntarnos con ellos y tratar de salvar cada uno su alma, en medio de tanto caos; porque si se pierden, gana la batalla el mal y el universo se vuelve un caos total. Debo ser más responsable que todos; por eso.

Aclaro que si me agreden verbalmente, sin enojo respondo y no digo groserías porque para mí no hay groserías, lo que vale es la intención y malicia. En cuanto a maldiciones, si digo este maldito muchacho es dañino, significa: este perverso muchacho es dañino. Cuenta la intención y la malicia, no lo que signifique para los demás. Si dejan de llamar grosería a todo y actúan sin malicia se evitan los conflictos y los motivos que los crean y viven mejor. El impío o malvado se maldice a sí mismo con su maldad.

Hay ocasiones en que por muy pasivos que seáis debéis aplicar mi dicho: al son que me toquen, bailo, sin violencia. No pueden dejarse matar de un loco sin huír o defenderse. Hay situaciones difíciles en que debéis decidir si dejaros matar o defenderos. No dudéis, Dios está con vosotros, el que ataca es el diablo metido en los agresores, os debéis defender tratando de no dañarlos mucho y matarlos o que no os dañen.

Ser cristiano no es fácil, ante situaciones y decisiones difíciles ya no deben acordarse del sacrificio de Jesús sino de su resurrección; Yahveh no quiere más mártires, respétense a sí mismos y a los demás y háganse respetar, cumpliendo las leyes de Dios del Cielo y la Tierra.