Translate

lunes, 22 de junio de 2015

NO TODO LO QUE SIENTAN O VEAN, SON ESPANTOS. NO SON APARICIONES, ESPANTOS O FANTASMAS, SON LOS DESDOBLADORES Y BRUJOS, QUIENES OS AGREDEN. LOS DERECHOS HUMANOS COMO LÍMITE A LA BRUJERÍA AFRICANA. EVANGELIO DEL DÍA.SIEMPRE Y EN TODO MOMENTO SE DEBEN SEGUIR LAS ENSEÑANZAS DEL CREADOR EN SU ADVOCACIÓN COMO HIJO: JESÚS Y RECORDAD SIEMPRE ANTES DE JUZGAR A OTROS, REVISAR VUESTRO INTERIOR Y JUZGAROS PRIMERO VOSOTROS MISMOS, ANTES QUE A LOS DEMÁS.

NO TODO LO QUE SIENTAN O VEAN, SON ESPANTOS. Junio 22 de 2015, 2:02 P.M. Buenas y santas tardes y semana, querida familia. Ya conocéis las marrullas y artimañas de las que se valen muchos seres humanos deshonestos, para ir a irrespetar a los demás impunemente y sin controlarse ni ellos mismos, ni poder ser controlados por los demás. Hoy os voy a hablar de aquellas manifestaciones paranormales que no lo son, ni tampoco son apariciones y fantasmas de recuerdos en la mente de la creación, sino manifestaciones de estos seres avivatos que aprovechan sus energías para irrespetar y menoscabar no sólo la dignidad, sino también la salud de sus hermanos en Dios.

NO SON APARICIONES, ESPANTOS O FANTASMAS, SON LOS DESDOBLADORES Y BRUJOS, QUIENES OS AGREDEN. Cuando sientan que dormidas-os o despiertos-as son usados-as sexualmente, sienten que los tocan sus partes nobles, los manosean, los besan o les dan diversos tipos de apapachos seres invisibles, jamás, por ningún momento crean que son las almas de sus queridos difuntos o de fantasmas quienes se están manifestando.

Así es como las personas que tienen bien desarrollado su sentido de la sensibilidad y el de percepción extrasensorial, pueden sentir los ataques y abusos sexuales de los brujos-as, desdobladores, budistas, taoístas, espiritistas, gnósticos, rosacrucistas y todos los que no llevan bien aquellas religiones que hablan de conseguir el nirvana, sexo tántrico y de desdoblaciones con el fin de recorrer dizque todo el universo para aprender más.

Recordad que todo lo que existe en el universo está dotado de todo tipo de energías, por eso aunque el ser se desdoble y viaje astralmente, su energía puede ser sentida por los seres más sensibles a las fuerzas electromagnéticas.

Por eso ningún psiquiatra o psicólogo, debe tildar de loca o esquizofrénica a una persona que sufra dichas manifestaciones, por el contrario deben ayudar en las indagaciones para dar con la persona que estando en el entorno o cercanía de la casa de la víctima, se está valiendo de estas malas artes, para abusar impunemente de los demás.

Es hora de que se abra el entendimiento a los ataques no sólo mentales o psíquicos sino también a los espirituales que desequilibran la energía de los agredidos, de los que los rodean, del planeta y de la creación.

A continuación os doy un artículo del África y más abajo un dictamen en España de los psiquiatras, para que vayan ampliando sus horizontes y dejen de creer que hay algo anormal, donde son delincuentes muy ventajosos y normales, quienes están ocasionando los disturbios y es hora de localizarlos y castigarlos con la cárcel y trabajos forzados, para que queden muy cansados, como se merecen y no sigan aprovechándose de sus hermanos en el Creador.

LOS DERECHOS HUMANOS COMO LÍMITE A LA BRUJERÍA AFRICANA
Posted by africaneando on 07/05/2011 · Comments Offon Los derechos humanos como límite a la brujería africana 
Ana Dols García*
La brujería es real para los que creen en ella. Por tanto no es bueno buscar argumentos para desvalorizarla o fingir que no existe (1) . Ahora bien, el hecho de que la creencia en brujería esté amparada por el derecho a la libertad religiosa, no es óbice para que se exija que ésta sea practicada en coherencia con los derechos humanos. Ya que si bien la creencia en la brujería no es necesariamente problemática, sí lo son algunas acciones que se llevan a cabo como consecuencia de ella.

CONCEPTO Y CARACTERES DE LA BRUJERÍA
Desde nuestra mirada occidental no es fácil entender el complejo fenómeno de la brujería. El primer impedimento es el propio término “brujería”, pues se trata de un término demasiado global, univoco y peyorativo (2). En ese aspecto las lenguas africanas son mucho más ricas, disponiendo de múltiples términos para referirse a la brujería, diferenciando también, la brujería “buena” y la “mala”. Una segunda dificultad es definir la brujería, ya que bajo ese término se engloban creencias y prácticas diversas que se han manifestado en diferentes épocas y lugares (3) . Si bien es cierto que ciertas prácticas se repiten a lo largo de un país e incluso coinciden en países diferentes, cada etnia, cada zona geográfica tiene sus manifestaciones propias de la brujería.
Ahora bien, pese a que cada práctica de brujería presenta rasgos particulares, podemos hallar una serie de patrones que se repiten en aquellas personas que creen y practican la brujería. Ronald Hutton ha extraído cinco caracteres que coinciden en toda práctica: los brujos utilizan medios no físicos para causar el mal a los otros; las víctimas suelen ser parientes o vecinos; la sociedad desaprueba esos actos; los actos de brujería se inscriben en tradiciones antiguas; un individuo puede resistir a los brujos mediante amuletos, la disuasión o la persuasión.
La brujería puede definirse como el conjunto de creencias estructuradas y compartidas por una población tocando el origen de las desgracias, de la enfermedad o de la muerte y el conjunto de prácticas, de terapia y de sanciones que corresponden a esa creencia (4). Aunque su definición no es pacífica. En lo que sí parecen coincidir muchos autores es que la brujería es un invariante humano que adquiere en cada lugar y cultura una forma particular. Para los africanos la brujería es una manera de entender el mundo. La creencia en brujería permite dar un sentido a las desgracias que les afectan, responde a la pregunta ¿por qué a mí? (5)
Se pensaba que el desarrollo, la urbanización, la escolarización y la cristianización harían desaparecer la brujería, sin embargo la situación actual demuestra lo contrario. Lejos de pararse estas formas de representación colectivas se han mantenido, transformado y adaptado a las realidades contemporáneas (6) . Se constata un recrudecimiento de la brujería en África Subsahariana pues, pese a que difícil decir si hay un aumento de la brujería, está claro que cada vez se manifiesta de manera más pública (7). No es raro encontrar en los diarios africanos noticias como “Brujería: Una anciana “aterriza” sobre un techo en Yaoundé ” (8), “Las muertes de albinos continúan en Tanzania y Burundi ” (9) o “Insólito: Un hombre se pelea en pleno día con un fantasma en un pueblo cerca de Tchibanga” (10).
Sin entrar en la discusión sobre si la brujería es una manifestación de la irrupción de lo moderno en África o un síntoma de una vuelta regresiva a lo tradicional; lo cierto es que en esta nueva etapa la bujería ha dejado de ser un sistema ritualizado, monopolizado por unos especialistas y destinado a restaurar la armonía social para convertirse en una causa de desestructuración social y familiar. Sin caer en la idealización del pasado (la brujería también causaba males), podemos afirmar que en otras épocas había un equilibrio entre las fuerzas del orden (“brujos buenos”) y las del desorden (brujos malos) que permitía la coexistencia entre los ciudadanos. Hoy ese equilibrio está roto (11).
Por último destacar que la brujería no se restringe a zonas rurales. Desde los años 90 los estudios de brujería se han dirigidos también a las ciudades para señalar la extraordinaria vitalidad de la brujería en el interior de las instancias más modernas de las sociedades africanas (12).

CREENCIA AMPARADA EN EL DERECHO
Tanto la Carta africana de derechos humanos como el Pacto de derechos civiles y políticos, ratificado por todos los estados africanos a excepción de las Islas Comoras y Santo Tomé y Príncipe, reconocen la libertad religiosa.
Está ampliamente reconocido que la libertad de pensamiento, conciencia y religión que garantiza este artículo incluye el derecho a sostener una creencia que puede ser considerada como un sistema filosófico más que como una religión establecida (13). Así lo entendió el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas que defendió en 1993 que la libertad de religión o creencias no se limita en su aplicación a las religiones tradicionales o a las religiones y creencias con características o prácticas institucionales análogas a las de las religiones tradicionales. Se protegen por tanto las creencias teístas, no teístas y ateas así como el derecho a no profesar ninguna religión o creencia (14).
No sólo está reconocida la libertad de creer en la brujería, sino también la libertad de manifestar esa creencia, en público o privado, mediante la celebración de rituales y prácticas. Ahora bien, no todos los derechos reconocidos por los tratados de derechos humanos son absolutos. En el caso de la libertad religiosa los límites estipulados por el Pacto son “la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos, o los derechos y libertades fundamentales de los demás”. Por tanto, cabe establecer límites respecto a algunas manifestaciones públicas específicas de la brujería, sobre todo cuando entra en colisión con otros derechos fundamentales. Ahora bien, estos límites deberán estar justificados, ser recogidos en una ley y ser proporcionales al daño que causan.

PRÁCTICAS DE BRUJERÍA CONTRARIAS A LOS DERECHOS HUMANOS
Podemos clasificar en tres grupos distintos las prácticas derivadas de la creencia en la brujería que atentan contra algunos derechos humanos.
En un primer grupo están las agresiones (muertes, enfermedades, desgracias) que se cometen contra otras personas mediante la brujería, es decir, sin que medie contacto físico (15). Este tipo de agresiones difícilmente pueden considerarse violaciones de derechos humanos, pese a que sea una actitud reprochable para los creyentes en la brujería.
En un segundo grupo se encuentran las agresiones físicas que se cometen contra aquellas personas sospechosas de haber cometido actos de brujería. Se trata de actos de « contrabrujería » mediante agresiones directas y visibles como violencia física, insultos, juicios, encarcelamientos, etc. Dentro de este grupo se sitúan las acusaciones de brujería y el consecuente delito de brujería existente en algunos países africanos como la República Centroafricana, Camerún o Gabón.
En un tercer grupo situaríamos las violaciones de derechos que se cometen mediante la realización de rituales de brujería, bien sea por las prácticas que se efectúan para realizar los ritos mágicos como es el caso del uso de partes del cuerpo de personas albinas o los rituales que se realicen sobre una persona para obtener algo de ella, como es el caso de los rituales que se realizan a mujeres para obligarlas a prostituirse.
En este artículo nos centraremos únicamente en las acusaciones de brujería y los actos de “contrabrujería” que se derivan de esas acusaciones.

LAS ACUSACIONES DE BRUJERÍA

Las acusaciones de brujería han sido siempre las manifestaciones más visibles de la creencia en brujería (16). Sin embargo, la naturaleza de las acusaciones han variado de manera significativa. Tradicionalmente en las acusaciones no se nombraba a una persona concreta y , en caso de que se hiciera, la acusación pública no iba acompañada de violencia. Actualmente las acusaciones públicas de brujería van seguidas de múltiples formas de violencia, que van desde la expulsión del hogar hasta torturas, daños físicos o muertes. En todo caso hay que entender estas manifestaciones violentas dentro de un contexto determinado. La situación de pobreza generalizada, las crisis políticas y los conflictos, los fuertes cambios socio-económicos y la desilusión actual tras las expectativas que se crearon en torno a la independencia han creado una situación de desconfianza hacia al Otro, además de, siguiendo las palabras del antropólogo Adam Ashforth, una intranquilidad espiritual que favorece las acusaciones de brujería.
Para entender bien la complejidad de las acusaciones de brujería es necesario, en primer lugar, diferenciar entre brujos y nganga. Tradicionalmente los poderes místicos pueden perseguir dos objetivos diferentes: el bien o el mal; siendo el brujo aquel que utiliza sus poderes para realizar el mal, mientras que el curandero (nganga) los usa para realizar el bien. Ambos se diferencian, además de por el destino de sus poderes, por su grado de aceptación por parte de la comunidad. Los brujos son presentados como personas al servicio del mal causantes de las miserias y desgracias que ocurren a su alrededor. Los nganga son, por el contrario, altamente valorados y respetados (17).
En segundo lugar, es necesario entender bien el proceso de acusación, para lo cual es necesario diferenciar entre sospechas y acusaciones. En un primer momento existen simplemente rumores sobre la posibilidad de que una persona se dedique a las prácticas de brujería, emergiendo al debate público o en acusaciones sólo en tiempos de tensión. Por tanto, en el caso de sospecha, la acusación de brujería no se manifiesta enteramente sino que es en el momento en el que una desgracia se produce cuando las sospechas se transforman, gracias a un proceso de designación de una víctima emisaria, en acusaciones (18).
Los signos e indicadores exteriores que determinan la acusación popular de brujería son variables. Puede tratarse de un suspiro, un silencio, una irritación designada como mala o una palabra pronunciada en la que se reconoce una intención o un pensamiento malo (19). Pueden ser visitas a un enfermo o, al contrario, el rechazo a visitarle. También los sueños son un medio comúnmente extendido de identificación de brujos. Un enfermo, por ejemplo, puede ver a aquel que es presumiblemente su agresor en sueño.
Generalmente las personas acusadas de brujería responden a un patrón determinado. Suelen ser personas vulnerables, que se encuentran de alguna manera fuera de la población o suponen una carga para ella. Son personas social, física, económica o moralmente débiles como es el caso de los ancianos, las mujeres (generalmente viudas o sin la protección de un hombre), personas con alguna discapacidad o, más recientemente, niños.
a) Personas empobrecidas Todos los estudios sobre las acusaciones de brujería destacan el hecho de que las mismas sólo recaen en personas pobres o en situación de vulnerabilidad. Este hecho contrasta con la vinculación existente entre brujería y poder.
El origen desconocido de sus nuevas fortunas y situación privilegiada sitúa rápidamente a la élite en el ámbito de la brujería (20), ya que en muchas ocasiones la población explica el aumento económico y de poder de una persona por la intermediación de la brujería, sobre todo cuando la mejora de situación se ha realizado de forma rápida. Incluso en muchas ocasiones lo políticos africanos acrecientan estos rumores porque consideran estas creencias un excelente arma para controlar y manejar a las masas. Pese a ello las personas con una buena situación económica o política no son las acusadas de ejercer la brujería sino las personas que viven en una mayor situación de pobreza. Se cree que estas personas, movidas por la envidia de la posición de los pudientes, realizan brujería contra ellos.
b) Las mujeres son en mayor medida objeto de las acusaciones de brujería, como así lo confirmó el relator especial de la violencia contra la mujer en Naciones Unidas en su informe de 2002, donde señaló la brujería como una de las causas de violencia contra las mujeres.
Según la presidenta de la Asociación de Mujeres Abogadas Centroafricanas , Edith Douzima- Lawson, la incriminación de la mujer como bruja es una cuestión de género que encuentra sus orígenes tanto en factores endógenos de la mujer como en factores exógenos vinculados a la costumbre y la tradición (21). Dentro de los factores endógenos incluye el hecho de que las mujeres generalmente hablen más, sean más criticonas, curiosas y temperamentales o tengan más cambios de humor . Además a las mujeres se las considera a menudo más susceptibles y se les critica el que no posean autocontrol sobre sus sentimientos. A esto se une el hecho de que las mujeres tienen índices más altos de analfabetismo y mayor desconocimiento de sus derechos, además de estar más golpeadas por la pobreza.
Como factores exógenos, Douzima señala que los prejuicios vinculados al sexo confieren a la mujer un estatus inferior, siempre relejada a un segundo plano. Esto conlleva que la mujer siempre sea considerada la causa de los problemas ya sea porque el matrimonio no puede tener descendencia o porque uno de los hijos tiene un comportamiento anormal. Especial situación de vulnerabilidad sufren las viudas.
c) Personas ancianas La posición de las personas ancianas en la comunidad, tradicionalmente basada en el edad y la sabiduría, se ha visto empeorada por la urbanización y las migraciones, propiciando los abusos y la negligencia de las personas mayores por parte de sus familiares (22).
A título de ejemplo, se estima que aproximadamente el 80% de las víctimas de brujería en Tanzania fueron mujeres y la media de edad está entre 50 y 60 años (23), una edad avanzada para Tanzania. Incluso el año pasado un nutrido grupo de mujeres ancianas se manifestó en la capital de Burkina Faso denunciando la situación en la que viven a causa de las acusaciones de brujería. Como bien denunciaba una de las ancianas en su discurso “En la vejez toda mujer desea vivir con sus hijos y sus nietos. Nosotras, las mujeres de Burkina Faso, no tenemos ese derecho »(24)

“Cuanto mayor es un brujo más potente es su poder y menos escrúpulos tiene para utilizarlos”, escribió el antropólogo Evans- Pritchard sobre los azandé (25). Esta es una de las principales razones por las que tradicionalmente las personas ancianas han sido las más perseguidos. No es, sin embargo, la única causa. Para la organización HelpAge Internacional estas acusaciones no son más que un pretexto para deshacerse de aquellos que ya no son considerados económica o biológicamente productivos para el hogar. Además hay otros factores sociales y comunitarios como el debilitamiento de los vínculos estrechos entre las generaciones de una misma familia, causado por la emigración del campo a la ciudad y la mayor instrucción formal y la pérdida, provocada por la modernización, de la tradicional función ritual y de arbitraje familiar de las personas mayores (26).
d) Menores de edad. Niños-brujo Si bien tradicionalmente eran los ancianos los destinatarios de estas acusaciones, desde los años 90 las acusaciones de brujería contra menores de edad han incrementado espectacularmente, especialmente en las zonas urbanas de Angola, la República Democrática del Congo (RDC) y el sur de Nigeria.
El origen de este nuevo fenómeno de los niños-brujos se debe a múltiples factores. Por una parte hay factores sociales como el final de la solidaridad africana, unido a la ruptura de los vínculos familiares y la pérdida de autoridad paternal. Las relaciones tradicionales basadas en la autoridad del mayor sobre el menor se están transformando en relaciones de autoridad del rico sobre el pobre. La ciudad, el trabajo remunerado, el capitalismo y el consumismo han roto, por tanto, las estructuras familiares y sociales tradicionales (27). Como apuntan varios autores (Cimpric, Ballet, Dumbai) esto afecta a las relaciones padres-hijos en dos aspectos fundamentales. Por una parte, los padres no pueden colmar todas las necesidades de sus hijos, por otra muchos menores consiguen ganar más dinero que sus progenitores, cuestionando así la autoridad de los padres y comenzando graves problemas entre padres-hijos.
El surgimiento de los niños- brujo también se explica en base a factores económicos ya que, aunque en el pasado los niños eras una garantía de prosperidad económica, actualmente son considerados una carga extra para la economía familiar. En todo caso, la pobreza no es la única explicación ya que hay familias con recursos suficientes que también acusan a los niños de sus desgracias, sin olvidar que los costes de los rituales de contra-brujería son muy caros (28).
Justamente el surgimiento de iglesias pentecostistas y pertenecientes a movimientos proféticos y sus rituales de contra-brujería están jugando un importante papel en el incremento de las acusaciones contra menores. El Ministerio de Asuntos Sociales de la RDC estima que unos 50,000 menores están siendo objeto de exorcismos y rituales en estas iglesias (29).
También existen otros factores como la existencia de más número de huérfanos debido tanto a los conflictos armados como a enfermedades como el VIH/SIDA, que sitúa a los niños en una situación más vulnerable y desprotegida.
Violaciones de derechos derivadas de las acusaciones
Las acusaciones de ejercer la brujería siempre vienen acompañadas de violaciones de derechos humanos, que se manifiestan en tres momentos diferentes.
En primer lugar, el simple hecho de ser acusado de brujería supone un grave atentado contra la dignidad de la persona por la discriminación y estigmatización que provoca en el acusado.
En un segundo momento surgen las primeras consecuencias tras la acusación, es decir, los actos violentos. La pasión que crean las acusaciones de brujería conduce en muchas ocasiones a la justicia popular, por lo que el maltrato físico y las torturas para que confiesen sus crímenes son algunas de las consecuencias de las acusaciones de brujería. Incluso algunos son apedreados, quemados o asesinados. Además se cometen abusos psicológicos debido a la violencia verbal e insultos que se lanzan contra los supuestos brujos. Se realizan además rituales sobre los considerados brujos que incluyen gritos y humillaciones. Otras veces la intervención de los propios jefes de barrio evita los linchamientos al conducir a los sospechosos de brujería a las dependencias policiales para garantizar la seguridad e integridad física del propio acusado. El problema es que la propia policía también suele compartir las acusaciones de la multitud y son frecuentes los abusos, bien sea de forma activa (violencia) o de forma pasiva (no ofreciéndoles alimento). Además surge el problema de qué hacer con los acusados posteriormente ya que la prisión no es un lugar de protección sino de punición. En algunos países estas acusaciones pueden suponer la apertura de procesos judiciales.
En un tercer momento situamos las consecuencias derivadas de la acusación de brujería y de la violencia ejercida contra las personas consideradas brujas ya que estos hechos causan traumas y problemas de salud mental a largo término (30). Todas las agresiones y el estrés provocado por la acusación de brujería provoca daños físicos graves así como serios traumas psicológicos que pueden llevar a depresiones, falta de confianza en uno mismo, falta de autoestima… En el caso de los menores, son frecuentemente abandonados. Al vivir en la calle los menores dejan de recibir educación y cuidados sanitarios además de ser más propensos a caer en redes de tráfico infantil, ser víctimas de abusos sexuales y prostitución, caer en las drogas, realizar trabajos ilegales o sufrir la violencia cometida por las autoridades (31). Las mujeres también quedan en una situación de desprotección, especialmente las ancianas, que se ven obligadas a abandonar sus hogares y comunidades por temor a volver a sufrir agresiones.
Como vemos, los abusos y violaciones de derechos que se están cometiendo a causa de las acusaciones atentan gravemente contra los derechos de otras personas, por lo que estas acciones no pueden estar en ningún caso amparadas por el derecho a la libertad religiosa. Es necesario, por tanto, encontrar la forma adecuada de compatibilizar la creencia en brujería con los derechos humanos. Cuestionarse y modificar algunas de las manifestaciones de la brujería no implica la negación de la misma ni una necesaria ruptura con la tradición. Es, por el contrario, la única manera de reivindicar una creencia legítima a la que los abusos e incoherencias con los derechos humanos están deslegitimizando.
Notas

MÉDICOS FORENSES Y PSICÓLOGOS DAN CREDIBILIDAD A LAS DENUNCIAS DE ABUSOS SEXUALES PRESENTADAS CONTRA 'EL BRUJO'
Publicado 25/11/2010 18:20:13CET
IBIZA, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Varios de los 15 peritos llamados a declarar este jueves en el juicio sobre los presuntos abusos sexuales a 13 menores cometidos por Tomás Arroyo Rodríguez, 'El Brujo, han dado credibilidad a la versión de las denunciantes.
Dos de los cuatro médicos forenses de Valencia que han comparecido ante la sección de refuerzo de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca, desplazada a Ibiza para juzgar el caso, han manifestado que los síntomas de estrés postraumático de M.J.P.A, una de las jóvenes de las que supuestamente abusó 'El Brujo', "no podrían haberse dado" sin que hubieran ocurrido los hechos denunciados.
En este sentido, y ante la pregunta de uno de los abogados de la defensa, que interrogaba sobre la posibilidad de que el estrés postraumático se pudiera haber debido al acto de interponer la denuncia, aunque se tratara de una "denuncia falsa", los facultativos han manifestado que, en tal caso, no podrían haberse dado esos síntomas.
La psicóloga del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS), que trató a M.L.C., otra de las supuestas víctimas de 'El Brujo', ha señalado que su testimonio es creíble, basándose en las declaraciones que ella efectuó, así como en las entrevistas a las que le sometió y a su lenguaje verbal y no verbal.
Esta especialista, que también trató a L.A.C., otra de las presuntas afectadas, asegura en su informe que ésta "no pretende magnificar, ni las consecuencias psicológicas, ni los hechos denunciados".
La perito del CAVAS ha destacado, además, que tanto el perfil de  L.A.C. como el de M.L.C. son "muy parecidos". Así, ha revelado que se trata de dos chicas "muy sumisas, dependientes, con una alta atención a las normas, que no discuten las órdenes que se les dan y con una autoestima bastante baja".
Ha subrayado también que comprobó que, en la declaración de sus relatos sobre los presuntos abusos sexuales, no incurrían en contradicciones. Sobre esta cuestión, ha explicado que les puso "pruebas" para ver si se contradecían en sus exposiciones, que superaron satisfactoriamente.
La psicóloga forense de Ibiza, por su parte, ha detallado que las pruebas psicológicas a las que sometieron a nueve de las chicas de las que presuntamente abusaron 'El Brujo' y su amigo y "alter ego' Alberto C.C., acusado también y para quien el fiscal pide 34 años de prisión, evidenciaron que había "congruencia" en sus declaraciones.
TRASTORNO DELIRANTE
Después de varios exámenes y pruebas, los peritos han manifestado que 'El Brujo' padece un trastorno delirante, mediante el que se instala en una realidad errónea en la que él cree que tiene cualidades sobrenaturales.
No obstante, los especialistas no se han puesto de acuerdo en si este trastorno, que, según las versiones, tendría alcances diferentes, afecta a su capacidad crítica para discernir lo que está bien y lo que está mal.
De esta forma, los médicos forenses de Ibiza han explicado que esta patología "no merma su imputabilidad". En esta línea, se ha manifestado también la psicóloga forense de Ibiza, quien en la evaluación psicológica que efectuó sobre Arroyo, asegura que "hay evidencia de rasgos esquizotípicos en su personalidad, que no tienen nada que ver con las relaciones sexuales, sino con sus supuestos poderes".
Así, ella considera que 'El Brujo' tiene criterio para entender que las relaciones sexuales con menores "están mal". En similares términos se ha expresado uno de los forenses de Ibiza, quien ha remarcado que los supuestos poderes que 'El Brujo' dice poseer son como las creencias religiosas que suele tener el común de la gente y que "no le impiden obrar correctamente".
Sin embargo, los psiquiatras que han comparecido ante el tribunal consideran que el trastorno delirante que padece Arroyo "modifica su capacidad de enjuiciamiento". "Estamos ante un enfermo severo que lleva 40 años viviendo así", ha subrayado uno de estos expertos.
En esta línea, otro de los peritos ha llegado a asegurar que, dentro de la "idea delirante" que 'El Brujo' tiene sobre sus capacidades, para él "el acto sexual tiene otro tipo de connotaciones", diferentes que las que tiene la mayoría de las personas. "Arroyo no reconoce que sea un enfermo", han indicado.
También ha salido a relucir en la exposición de los peritos el supuesto 'modus operandi' que 'El Brujo' ponía en práctica con sus supuestas víctimas.
Así, la psicóloga forense de Ibiza ha relatado que el acusado, para el que el Ministerio Público pide 138 años de prisión y 640.000 euros de indemnización por 13 delitos de abuso sexual continuado con abuso de autoridad y otros seis del mismo tipo en los que actuó como cooperador necesario, le dijo que le habló de cómo le pidió a alguna de las chicas que se desnudara.
Sobre ello, la perito ha explicado que 'El Brujo' le habló de esta cuestión, más que de una terapia, tal y como han comentado algunos de los testigos, de un "episodio puntual" en el que pidió que se desnudara a una chica y que, en opinión de Arroyo, "había sido beneficioso".
Este viernes está previsto que finalice el juicio con los informes y conclusiones del Ministerio Fiscal, de las acusaciones particulares y de los letrados de la defensa y con el turno de última palabra de los acusados.

EVANGELIO DEL DÍA.
LECTURAS DE HOY LUNES DE LA 12ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Hoy, lunes, 22 de junio de 2015
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS (12,1-9):
En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: «Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.»
Abrán marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó Lot. Abran tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, a Lot, su sobrino, todo lo que había adquirido y todos los esclavos que había ganado en Harán. Salieron en dirección de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán. Abrán atravesó el país hasta la región de Siquén, hasta la encina de Moré. En aquel tiempo habitaban allí los cananeos.
El Señor se apareció a Abrán y le dijo: «A tu descendencia le daré esta tierra.»
Él construyó allí un altar en honor del Señor, que se le había aparecido. Desde allí continuó hacia las montañas al este de Betel, y plantó allí su tienda, con Betel a poniente y Ay a levante; construyó allí un altar al Señor e invocó el nombre del Señor. Abrán se trasladó por etapas al Negueb.
Palabra de Dios

SALMO
SAL 32,12-13.18-19.20.22

R/. Dichoso el pueblo 
que el Señor se escogió como heredad

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, 
el pueblo que él se escogió como heredad. 
El Señor mira desde el cielo, 
se fija en todos los hombres. R/. 

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, 
en los que esperan en su misericordia, 
para librar sus vidas de la muerte 
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor: 
él es nuestro auxilio y escudo. 
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, 
como lo esperamos de ti. R/.



EVANGELIO DE HOY
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (7,1-5):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»
Palabra del Señor

SIEMPRE Y EN TODO MOMENTO SE DEBEN SEGUIR LAS ENSEÑANZAS DEL CREADOR EN SU ADVOCACIÓN COMO HIJO: JESÚS Y RECORDAD SIEMPRE ANTES DE JUZGAR A OTROS, REVISAR VUESTRO INTERIOR Y JUZGAROS PRIMERO VOSOTROS MISMOS, ANTES QUE A LOS DEMÁS. Recordad que sólo estando en los zapatos y los calzones del otro u otra y en su mismo ser, podéis saber qué motiva sus acciones o decisiones. Por eso no perdáis nunca vuestra calidad como hijos y hermanos en Yahveh Jesús, el amor hacia vosotros mismos y la caridad hacia sí mismos, que debéis reflejar siempre en vuestros actos, relaciones, respeto y retroalimentación con el todo y con todos los seres de la creación. Mucho cariño y bendiciones a todos. Gracias benditos. MARTHA LUCIA.