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jueves, 6 de julio de 2017

MEJORAD LAS COMUNICACIONES. EVANGELIO DEL DÍA. EL AVISO DEL SACRIFICIO DIVINO.

MEJORAD LAS COMUNICACIONES. Julio 6 de 2017, 11:40 A.M. Buenos y santos días y semana querida familia. Procurad no depender tanto de la tecnología, es hora de que os comuniquéis mejor con vuestros deudos y cercanos. Dejen de estar chateando y procuren tener relaciones de intercomunicación más cercanas que lejanas. Vosotros vivís en un entorno donde por andar elevados escribiendo o hablando por una máquina, ocasionáis muchos accidentes, pierden tiempo y dinero y se lo hacen perder a otros y pierden la realidad de las cosas. Controlen la tecnología, no dejen que ella, los controle a ustedes.

TAREA PARA TODOS. Cuando estén rodeados de gente abusadora y terca o locos, y vean que no pueden lograr su cambio o que los encargados de la justicia les pongan tatequieto, procuren ser indiferentes con esos seres problemáticos, sin descuidar su seguridad personal, porque pueden darles la puñalada trapera por la espalda. Es importante que las potestades, comisarías de familia y fiscalías, alejen a los victimarios de las víctimas, inmediatamente agredan a sus cercanos, porque por no hacerlo, por culpa de su negligencia hay más asesinatos y abusos en todo el planeta. Corrijan lo que están haciendo mal

EVANGELIO DEL DÍA
Lecturas de hoy Jueves de la 13ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 6 de julio de 2017
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (22,1-19):

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: «¡Abrahán!»
Él respondió: «Aquí me tienes.»
Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.»
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos.
Y Abrahán dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros.»
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre.»
Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.»
El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?»
Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.»
Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó: «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del Señor ve.»
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»
Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba.
Palabra de Dios

Salmo
Sal 114

R/.
 Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida


Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R/.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.» R/.

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R/.
Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,1-8):

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.»
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: « ¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor


EL AVISO DEL SACRIFICIO DIVINO. Cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo legítimo, en lugar de un cordero, con ello ya anunciaba el sacrificio de Él mismo como Cordero Eternamente sacrificado, siglos después y aún en nuestros días y en los días futuros, seguirá sacrificándose para poder dar salvación a sus hijos amados con su crucifixión y muerte, para tener la oportunidad de reunir a su familia completa en el plano espiritual. 


Cuando Jesús hace uso de su potestad y sana enfermedades, perdona pecados y se enfrenta a sus contradictores es cuando quienes le rodean notan que no es un ser humano común y corriente y como la condición humana es de ser envidiosos y creerse más que los otros, deciden inmolarlo y van uniendo poco a poco sus fuerzas para poder matar a quien es superior y no inferior al ego humano. Con eso contaba el Creador, para la consecución de la salvación eterna de sus hijos. Él conoce muy bien la condición humana. 


Aún en nuestros días, el ser humano se sigue endiosando y no perdona a quienes no les besan los pies, se les humilla, se les vende o se comporta con adoración hacia aquellos que quieren dominarlos. Recordad que todos somos iguales y que todo materialismo y abuso es también una atadura que nos quita la gracia de Dios. Mucho cariño y bendiciones a todos. Gracias benditos. MARTHA LUCIA.