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lunes, 10 de febrero de 2014

ATIENDA SU TIENDA. ASPECTO JURÍDICO. EL TRABAJO. RAZÓN DE EXISTIR, PATRIMONIO Y VIDA DEL HOMBRE.


ATIENDA SU TIENDA. ASPECTO JURÍDICO. Febrero 10 de 2014, 3:21 P.M. Buenas y santas tardes y semana, familia. Es importante que el profesional inmobiliario, conozca los contratos que enmarcan su actividad. El contrato de mandato y el contrato de arrendamiento, así como los derechos y obligaciones que de ellos se generan para las partes contratantes.

NOCIÓN GENERAL DE LOS BIENES: el concepto de bien, se refiere a toda cosa que esté dentro del patrimonio de una persona natural o jurídica, que sea susceptible de avalúo pecuniario.

Por cosa en sentido general, se entiende todo ser corpóreo o incorpóreo, apropiable e inapropiable por el hombre, perceptible o no por los sentidos, ocupe o no un espacio físico en la naturaleza; en sentido preciso, cosa designa todo aquello susceptible de apropiación por el hombre: bien tangible que se puede ver y tocar.

Los bienes se dividen en muebles e inmuebles, considerándose los primeros como aquellos que pueden trasladarse de un lugar a otro, sin perder su esencia,ni destruirse, como los animales, los objetos, entre otros. Los bienes inmuebles, son aquellos que no pueden trasladarse de un lugar a otro, sin perder su esencia o destruirse, como los edificios, las casas, los terrenos, etc. A continuación veremos más en detalle estos conceptos:

Los bienes muebles son aquellos que pueden trasladarse fácilmente de un lugar a otro, manteniendo su integridad y la del inmueble en el que se hallaran depositados.
Los bienes muebles, por oposición a los bienes inmuebles, son todos aquellos bienes personales depositados en estancias que son transportables, pero que uno no suele llevar consigo. Esto incluye, pero no se limita, a los elementos decorativos de una vivienda.
En el Derecho se incluyen diferentes objetos bajo esta denominación dependiendo de la rama en que se esté trabajando. Así enDerecho civil no se consideran cosas muebles aquellas que naturalmente van adheridas al suelo u otras superficies (lavabos, baldosas, lajas, etc) mientras que éstas si son consideradas muebles para el Derecho penal (por ejemplo, pueden efectivamente ser objeto de hurto). Entre estos podemos encontrar objetos de hogar como neveras, computadoras, sofás, etc.

Se consideran inmuebles todos aquellos bienes considerados bienes raíces, por tener de común la circunstancia de estar íntimamente ligados al suelo, unidos de modo inseparable, física o jurídicamente, al terreno, tales como las parcelas, urbanizadas o no,casas, naves industriales, o sea, las llamadas fincas, en definitiva, que son bienes imposibles de trasladar o separar del suelo sin ocasionar daños a los mismos, porque forman parte del terreno o están anclados a él. Etimológicamente su denominación proviene de la palabra inmóvil. A efectos jurídicos registrales, en algunas legislaciones los buques y las aeronaves tienen consideración semejante a la de los bienes inmuebles.
En Derecho civil, la distinción entre bienes muebles e inmuebles lleva aparejada diferentes consecuencias jurídicas, entre las que cabe destacar, sin ánimo de exhaustividad, las siguientes:
·         Los bienes inmuebles pueden ser inscritos en un Registro de la propiedad, lo que ofrece una mayor protección a los titulares de derechos sobre los mismos.
·         Los bienes inmuebles son el principal objeto de la garantía hipotecaria.
·         Los plazos de usucapión o prescripción adquisitiva para los inmuebles son mayores que los exigidos para las cosas muebles.
No obstante, la protección jurídica privilegiada de la que, históricamente, han disfrutado los bienes raíces y que se justificaba por su mayor importancia económica, ha ido extendiéndose hacia algunos bienes muebles de especial valor. Consecuencia de ello es la protección registral otorgada a aviones, buques u otras cosas singulares, así como la posibilidad de que puedan ser objeto de hipoteca mobiliaria.1

Derecho fiscal
En derecho fiscal un bien inmueble puede ser sujeto o base de varios impuestos:
·         Impuesto sobre bienes inmuebles (IBI)tributo o contribución de carácter directo y naturaleza real que grava la propiedad de una finca. Se paga anualmente, en función del valor catastral o avalúo fiscal asignado al inmueble.
·         Impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana: tributo de carácter directo que grava el incremento de valor de los terrenos urbanos que se pone de manifiesto como consecuencia de su transmisión. Su cuantía dependerá de los años transcurridos desde el anterior cambio de titularidad, del municipio en que se encuentre y dentro del propio municipio de su ubicación en el mismo.
·         Impuesto sobre la renta: tributo de carácter directo y naturaleza personal que grava la renta de las personas físicas. En este impuesto se prevé un supuesto en que se grava la titularidad de bienes inmuebles cuando no son utilizados por su propietario y no producen ingresos, se trata por tanto de una "renta presunta" que con carácter general, supone la integración en la base imponible del impuesto, en concepto de rendimientos del capital inmobiliario, del 2 por ciento del valor catastral de los inmuebles que cumplan las mencionadas condiciones. Además, en los casos de transmisión de inmuebles, la plusvalía obtenida en la transmisión queda gravada también en concepto de ganancia patrimonial.
·         Impuesto sobre el patrimonio: tributo directo de carácter personal que grava el patrimonio neto de la personas físicas. En tanto que los inmuebles entran a formar parte de ese patrimonio neto, quedan gravados también por este impuesto.

·         CLASES DE MUEBLES E INMUEBLES
Tipos de bienes inmuebles
Los bienes inmuebles se pueden clasificar en:
·         Bienes inmuebles por naturaleza, como el suelo y subsuelo, el espacio aéreo, las minas y las aguas (art. 656 CC)..
·         Bienes inmuebles por incorporación, adhesión o adherencia, como construcciones: son muebles adheridos permanente y materialmente a un inmueblem incorporados por el propietario del inmueble o por un tercero. Ejemplo: tejas, cercas, árboles para vivero o finca.
·         Bienes inmuebles por destino, o por destinación: aquellas cosas muebles que por su uso y destinaciñon, se considera que forman parte del inmueble, deben tener identidad de dueño con el inmueble, favorecen o benefician al inmueble al que sirven, como utensilios de labranza o minería (ej.: artículo 570 del Código Civil de Chile).2
·         Bienes inmuebles por analogía, como concesiones hipotecarias.
·         Bienes inmuebles por accesión, como las puertas, ventanas, etc. que en una fábrica, almacén o comercio son bienes muebles pero instaladas son inmuebles.
·         Bienes inmuebles por representación, como la escritura que otorga la titularidad registral al propietario.
·         Los muebles tambièn pueden serlo por anticipación, como las frutas de una siembra de frutales, que pueden ser vendidas aún antes de coger la cosecha.

CLASIFICACIÓN DE LAS COSAS
a)       FUNGIBLES O NO FUNGIBLES: según puedan substituirse o no por otra de la misma calidad y cantidad.
b)       CONSUMIBLES O NO CONSUMIBLES: según desaparezcan o no con el primer uso.
c)       DE ESPECIE O DE CUERPO CIERTO: si se determina de tal forma que pueda distinguirse de las demás de su especie: un vehículo de otro, por el color.
d)       DE GÉNERO: si se determina por sus características generales: carro, casa, moto, caballo, entre otros.
e)       DIVISIBLE – INDIVISIBLE: según admita o no división física.
f)        PRINCIPALES-ACCESORIAS: según subsistan o no por sí mismas: casa (principal) jardín (accesoria) entre otros.
g)       PRESENTES-FUTURAS: según existan o no al momento dela celebración de un negocio jurídico.
h)       SINGULARES: se reducen a la unidad y son simples, como una piedra, o complejas como una máquina, vehículo, reloj; entre otros.
i)         UNIVERSALES: comprenden derechos y obligaciones, como una hipoteca, una sucesión o una herencia, entre otros.
j)         PRIVADAS-PÚBLICAS: según pertenezcan a personas naturales o entidades públicas o de la nación.

A continuación veamos el sentido general de COSA, en todos los ámbitos:

COSA (DERECHO)

El término cosa, en el Derecho privado, se refiere al objeto de la relación jurídica, que puede ser un bien, un derecho o incluso unaobligación, en la que además intervendrán personas, siendo éstas los sujetos de tal relación.
Sobre las cosas recaen los distintos derechos reales (como, por ejemplo, la propiedad) sobre los que son titulares las personas. Además, la cosa puede ser objeto de posesión, siendo éste un hecho fáctico de gran importancia jurídica.

Según su movilidad

·         Muebles: Si se puede mover o trasladar de un lado a otro. También están los semovientes como por ejemplo los animales los vacunos no son cosas muebles son semovientes por que pueden trasladarse por si mismo.
·         Inmuebles: Que no se pueden mover. Por ejemplo una casa, un terreno, un departamento, un municipio.

Según su naturaleza física

·         Corporales: Las que tienen que pueden percibirse por los sentidos y tienen una existencia concreta en la naturaleza.
·         incorporales: no se puede tocar, y solo se perciben con el entendimiento.

Según su independencia

·         Principales: Que pueden ser por sí mismas, por ejemplo una hacienda.
·         Accesorias: Que solo cobran sentido acompañadas de una cosa principal, como un control remoto (en una televisión), o las cuerdas de la guitarra criolla antes citada, un tractor en una hacienda.

Según su utilización

·         Consumibles: Que dejan de existir con un primer uso, o que desaparecen del patrimonio luego de utilizarlas. Como el dinero o las bebidas.
·         No consumibles: son aquellas cosas que no se agotan en el primer uso ejemplo la ropa.

Según su divisibilidad

·         Divisibles: Que aun separándose en partes sigue manteniendo su precio económico. Por ejemplo un silo de granjas.
·         Indivisibles: Que pierden su valor si es que se dividen. Por ejemplo una mesa; pueden pues cambiarse de forma que el bien ha de ser menos.

Según su capacidad comercial

·         Comerciables:son aquellas cosas que se pueden comprar y vender, cuya enajenación no está prohibida, en cambio las fuera del comercio no está prohibida su venta por ejemplo una plaza publica.
·         No comerciables:son aquellas que por disposición de la ley no pueden ser objeto de relaciones jurídicas privadas, por ende no pueden ser enajenadas,traspasadas o cedidas. No son susceptibles de apropiación particular.

Según entidad requerida en el tráfico

Artículo principal: Bien fungible
·         Fungibles: Son aquellas cosas que pueden ser sustituidas entre sí, pues están definidas solo en función del género al cual pertenecen. Para los romanos las cosas fungibles son determinadas por su peso, número, o medida, y de allí proviene su denominación “in genere”, como por ejemplo: el trigo, el vino, el dinero, etc. Son sustituibles y pueden ser cambiadas entre sí.
·         No fungibles: Se caracterizan por la imposibilidad de ser sustituidas, ya que se determinan por sus cualidades intrínsecas a su esencia misma. No son sustituibles. Ej.: Un caballo pura sangre del establo nº 5 de la Hacienda de Juan Pérez, no puede ser sustituido.

Según su apropiabilidad

·         Apropiables: Que pueden estar a nombre de una persona. Por ejemplo una heladera.
·         Inapropiables: Que son comunes para toda la humanidad. Por ejemplo el aire, el océano.

Según su existencia

·         Presentes: que existen en el momento de ser tenidas en cuenta. Por ejemplo, una finca
·         Futuras: aquellas que no existen en la actualidad pero pueden llegar a existir según el curso normal de los acontecimientos. Por ejemplo, la cosecha del año que viene.

LAS COSAS EN EL DERECHO ROMANO

El vocablo cosa (res) se usa para indicar todo aquello que puede ser objeto de derechos, es decir todo cuanto tenga entidad corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta y que sea susceptible de apreciación económica.
Los juristas romanos se referían a ella como al objeto material (corpus), en oposición a los actos del hombre. Denota una cosa corporal, físicamente delimitada y jurídicamente independiente.
En las fuentes romanas se encuentra la clásica división de las cosas en res intra patrimonium y en res extra patrimonium, según sean bienes económicos de los particulares o no.1 2
Otra clasificación más comprensiva y precisa, clasifica las cosas en res in commercio y res extra commercium. Y además denomina res nullius a las cosas in commercio que no son propiedad de nadie y res delictae a aquéllas cuya propiedad ha renunciado el dueño por abandono.

Aquí se cuentan las cosas que no son susceptibles de relaciones jurídico-patrimoniales por prescripción de la norma divina o por disposición de la ley, de donde surge la división de las cosas:
·         Res divini iuris: sacrae, religiosae, sanctae. Las res divini iuris son las cosas de derecho divino. Entre ellas se encontraban las cosas sagradas (res sacrae), consagradas a los dioses superiores y puestas bajo su autoridad como los templos; las cosas religiosas (religiosae) consagradas a los dioses inferiores, como los sepulcros; y, las cosas santas (sanctae), como los muros y puertas de la ciudad.
·         Res humani iuris: communes, publicae, universitates. Las res humani iuris eran las cosas del derecho humano. Entre las cosas excluidas del comercio se encontraban las cosas comunes (res communes omnium) como el aire, el agua; las cosas públicas (res publicae) como las cosas del pueblo entre las que se pueden mencionar el río y sus orillas, los puertos; y las res universitates, que eran las cosas que integraban el patrimonio de una comunidad y que estaban afectadas al uso de sus miembros, como los teatros, los foros, los baños públicos, etc.

Res in commercium

·         Res mancipi y Res nec mancipi: Conocidas desde la época de la Ley de las XII Tablas. Eran mancipi las cosas cuya propiedad se transmitía por el derecho civil formal y solemne mediante la mancipatio, o mediante la in iure cessio. Eran cosas mancipables las de mayor valor en la primitiva economía agrícola, como los fundos o las heredades y las cosas situadas en el suelo de Italia, como el acueducto, los esclavos y los animales de carga. Todas las demás cosas se agrupaban en las res nec mancipi. Esta clasificación fue abolida en el derecho imperial con el Emperador Justiniano I.3
·         Cosas corporales e incorporales: Las fuentes romanas distinguían este tipo de clasificación,4 5 que habría obedecido a la influencia de la filosofía helénica sobre el derecho romano. Las primeras eran aquellas cuya materialidad es percibida por los sentidos, es decir, las cosas tangibles, como un fundo, un esclavo. Las cosas incorporales eran las que son producto de una abstracción, como un crédito, el derecho de propiedad, etc.
·         Cosas muebles e inmuebles: Aparece tras la desaparición de la clasificación en res mancipi y res nec mancipi. Son muebles(res mobiles) las cosas inanimadas que pueden trasladarse de un lugar a otro por una fuerza exterior, sin ser deterioradas. Soninmuebles, las que físicamente es imposible que cambien de lugar, como los fundos o predios.
·         Cosas consumibles y no consumibles: Se distinguió además entre las cosas consumibles, es decir, aquellas cuyo uso o destino normal las destruye física o económicamente, como los alimentos y el dinero, de las cosas no consumibles, que son las susceptibles de su uso repetido sin que provoque otra consecuencia que su mayor o menor desgaste.
·         Cosas fungibles y no fungibles: Las cosas fungibles son aquellas que pueden sustituirse por otras de la misma categoría, tomándose en cantidad, por peso, número o medida como lo son el vino, el trigo, el dinero. Son no fungibles las que tienen su propia individualidad y no admiten la sustitución por otra como una obra de arte, un esclavo o un fundo.
·         Cosas divisibles e indivisibles: Un objeto es físicamente divisible cuando, sin ser destruido enteramente, puede ser fraccionado en porciones reales cada una de las cuales, después de la división, forma un todo particular e independiente, que conserva en proporción la utilidad de la cosa originaria. Ejemplo de ello es un fundo. Es indivisible, en cambio, el que no admite partición sin sufrir daño o menoscabo, o como dicen las fuentes, sin que la cosa perezca.6 Ejemplo de éste último son los animales o una pintura.
·         Cosas simples y cosas compuestas: Las cosas que constituían un solo todo, una unidad orgánica e independiente eran cosas simples, como un esclavo, una viga o una piedra. Cosas compuestas eran las que resultaban de la suma o agrupamiento de cosas simples. Éstas se subdividían en materiales como las naves o los edificios e inmateriales como los rebaños o una biblioteca.
·         Cosas principales y cosas accesorias: Principales eran las que cuya existencia y naturaleza están determinadas por sí solas, sirviendo a las necesidades del hombre; y las accesorias, las que estaban subordinadas o dependían de otra cosa principal como el marco con respecto a un cuadro o la piedra preciosa en relación al anillo.
·         Cosas fructíferas y no fructíferas: Dentro de las cosas fructíferas se comprenden aquellas que dan con carácter de periódico cierto producto o frutos, que conviene separarlo. Son no fructíferas las que no tienen esa cualidad. Ejemplo de fructíferas son la leña de los bosques, las frutas de los árboles, la leche, como así también las rentas, los alquileres, etc.

BIBLIOGRAFÍA

·         Manual de Derecho Romano. Historia e Instituciones. Luis Rodolfo Arguello. Editorial Astrea, 2000. Buenos Aires, Argentina. ISBN: 950-508-101-4.

TRABAJO: Defina las características de los bienes públicos, investigue. Diga cómo se clasifican los contratos.

EL TRABAJO. RAZÓN DE EXISTIR, PATRIMONIO Y VIDA DEL HOMBRE.

LA PEREZA ES LA MADRE DE TODOS LOS VICIOS, MALDADES Y MALES PARA LA HUMANIDAD Y LA CREACIÓN.
 El trabajo fue hecho, para que el hombre tuviera amor a la vida, a su hábitat y a la creación entera. Es mas feliz un ser que trabaja, que uno al que le dan todo y permanece ocioso. No es bueno carecer de lo indispensable, pero menos bueno es, que nos lo den en abundancia, porque se hartan de vivir normalmente y empiezan a buscar los excesos y a experimentar sensaciones nuevas, hasta que se desequilibra totalmente la armonía en el ser humano y su entorno y se genera daño a sí mismo y a los demás y la creación.

Veamos lo sabio que es amar el trabajo y desempeñarlo con honestidad e integridad, desde distintos puntos de vista:


 EL TRABAJO EN LA BIBLIA

(Génesis 1:28)
La Biblia registra la vida de un pueblo trabajador por excelencia. Desde la perspectiva teológica el trabajo es un quehacer creativo con el propósito de obtener el beneficio necesario, tanto en lo personal como en lo familiar. Dios mismo realiza un trabajo creativo en todo lo que significa la creación (Gén. 1:1ss). Más aún, el primer mandato a Adán y Eva es trabajar (Gén. 1:28) en armonía con la creación. Es el Dios Creador quien hace coopartícipe al ser humano de su obra creadora para que esta perdure por siempre. En el Nuevo Testamento el trabajo también adquiere importancia. Jesús mismo trabajó por reino de los cielos. Los apóstoles y demás discípulos también siguen esta línea del quehacer creador; es decir el trabajo.
El trabajo en sí no es una maldición, tal como se interpreta en Gén. 3:17-19, sino que es una tarea creadora. Lamentablemente, después de la caída de Adán y Eva, el trabajo será en adelante con dolor. En el proceso del trabajar seis días , el descanso es un día de reposo, con el fin de reponer fuerzas y reservado para Dios. Él lo bendijo y lo santificó (Gén. 2:1-3). Dios mismo después de trabajar arduamente en el proceso de la Creación, descansó en el séptimo día. Dios nos ha dado a cada de nosotros esa capacidad creadora para obtener algún beneficio del mismo, de modo, que todos debemos tener esas oportunidad de generar el beneficio necesario para nuestro propio bien y el de nuestra familia. Nada cae del cielo, todo se logra en base de esfuerzo creativo. Esa capacidad creadora es al final de cuentas una gran bendición de nuestro Creador. Sin embargo, hay un día que es nuestra ofrenda a Dios y en ese día debemos alabarlo y rendirle culto. Lamentablemente este último aspecto ha sido obviado por el ser humano en los días de hoy.
Jesús entre sus muchas acciones, alaba al hombre laborioso y lamenta la desocupación (Mateo 20:1-16). Más adelante, el apóstol Pablo hace una exhortación de trabajar y no ser perezoso (Romanos 12:11). Por otro lado, Jesús enfatiza que el obrero es digno de su salario (Lucas 10:7). Es decir, todo trabajo debe ser recompensado, ya que de ese quehacer creador depende su bienestar y el de su familia. No nos debe sorprender el rol de artesano -carpintero, que Jesús asumió para sostener a su familia. Los discípulos de Jesús eran también artesanos y desde sus trabajos fueron llamados para trabajar en el reino de Dios. Vemos también como Pablo quien era un artesano -constructor de carpas, se ganaba su salario con la obra creadora de sus manos.
Hoy en día este tema es un asunto álgido en la vida de todo ser humano; por un lado hay personas que viven muy bien de su actividad laboral y hay otros que sufren por tener esa misma oportunidad. Se ha calificado muchas veces esa actividad creadora de una manera desproporcionada, según intereses de algunos que tienen el monopolio del trabajo. Parece mentira creer que hay trabajos que reciben una gran cantidad de dinero en forma exuberante, mientras que otros reciben una miseria por la misma actividad realizada. Es decir, hay una injusticia en la generación de trabajos. No descartamos los dones privilegiados de algunas personas, dones que han sido dado por Dios para una tarea específica, lo que genera un trabajo especializado (Romanos 12: 4-6; 2 Corintios 12).
Un asunto que nos debe llamar mucho la atención es que hoy en día hay un alto índice de desocupación lo que no permite a muchas personas gozar de esa bendición de Dios de ser partícipe de Su obra creadora. En otros casos existen los trabajos inhumanos, con graves consecuencias. La pobreza y la miseria son consecuencias de estas injusticias del hombre por el hombre. Dios no quiera que siga existiendo esta situación, de ahí que seguirá siendo vigente la voz profética de Su iglesia para desterrar todo tipo de injusticia y explotación.
También nos debe llamar a preocupación el hecho de que el trabajo se haya convertido en una actividad deshumanizadora en vez de una actividad creadora. Vemos casos de agotamiento, strees, rutina, desvalorización, automatización, etc. Haciendo una relación entre el trabajo y el descanso vemos que los porcentajes con respecto al trabajar ha excedidito sus límites, por ejemplo, veamos la siguiente relación:
- Trabajo    -    descanso:  15 horas diarias laboradas  (62.5 %)
- Trabajo    -    recreación: 0 (0 %)
- Trabajo    -    Dios:  1 hora a la semana -culto ( 0.0059 %)  
Esta es la cruda realidad de nuestra actitud con relación a la labor realizada por cada uno de nosotros y nuestra relación con Dios en relación al tiempo que le damos para él.
Quiera el Señor nos libere de esta esclavitud y nos permita generar nuevas oportunidades de trabajo para otros. Que todo lo que realicemos sea para la honra y la gloria de nuestro Señor Creador. Amén.  
      
Rev. Lic. Jorge Bravo C.

LA PEREZA SEGÚN LA BIBLIA:

Pregunta: "¿Qué dice la Biblia acerca de la pereza?"


Respuesta:
La primera ley de movimiento de Newton establece que un objeto en movimiento tiende a permanecer en movimiento, y que un objeto en reposo, tiende a permanecer en reposo. Esta ley se aplica a la gente. Mientras que algunos son naturalmente impelidos hacia complejos proyectos, otros son apáticos, requiriendo motivación para vencer la inercia. La pereza, siendo un estilo de vida para algunos, es una tentación para todos. Pero la Biblia es clara en que como el Señor, quien es un Dios trabajador, ordenó el trabajo para el hombre, la pereza es pecado. “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio.” (Proverbios 6:6).

La Biblia tiene mucho que decir acerca de la pereza. Los Proverbios especialmente, están llenos de sabiduría concerniente a la pereza y advertencias a la persona perezosa. Ellos nos dicen que una persona perezosa odia el trabajo: “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar.” (21:25); le encanta dormir: “Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama.” (26:14); da excusas: “Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.” (26:13); desperdicia tiempo y energía: “También el que es negligente en su trabajo, es hermano del hombre disipador.” (18:9); él cree que es sabio, pero es un tonto: “En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar.” (26:16).

Proverbios también nos dice el final que le espera al perezoso: “La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria.” (12:24); su futuro es sombrío: “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará.” (20:4); puede llegar a empobrecer: “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada.” (13:4).

No hay lugar para la pereza en la vida de un cristiano. Un nuevo creyente es verazmente enseñado que “...por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9). Pero un cristiano puede volverse haragán si erróneamente cree que Dios no espera fruto de una vida transformada. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10). Los cristianos muestran su fe mediante sus obras. “. . . yo te mostraré mi fe por mis obras. . . Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.” (Santiago 2:18, 26). La pereza viola un propósito de Dios – las buenas obras. El Señor, sin embargo, fortalece a los cristianos para vencer la propensión carnal a la pereza, al darnos una nueva naturaleza (2 Corintios 5:17).

En nuestra nueva naturaleza, somos motivados a ser diligentes y productivos por amor a nuestro Salvador quien nos redimió. Nuestra antigua propensión hacia la indolencia – y todos los demás pecados – ha sido reemplazada por un deseo de vivir una vida santa: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” (Efesios 4:28). Somos instados a nuestra obligación de proveer para nuestras familias a través de nuestro trabajo. “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” (1 Timoteo 5:8); y para otros en la familia de Dios: “Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20:34-35).

Como cristianos, sabemos que nuestros trabajos serán recompensados por nuestro Señor, si perseveramos en ser diligentes: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.” (Gálatas 6:9-10); “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” (Colosenses 3:23-24); “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” (Hebreos 6:10).

Los cristianos deben trabajar en la fuerza de Dios para evangelizar y discipular. El apóstol Pablo es nuestro ejemplo: “….que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.” (Colosenses 1:27b-29). Aún en el cielo, continuará el servicio de los cristianos a Dios, aunque ya no abrumados por la maldición (Apocalipsis 22:3). Libres de enfermedad, tristeza y pecado – aún de pereza – los santos glorificarán al Señor por siempre. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58).

CONSEJOS DE DIOS PARA TU TRABAJO
El Trabajo: Un enfoque Bíblico
Por Wilbur Madera, Third Millenium Ministries
Es lunes. . .en punto de las seis de la mañana, suena el despertador. El fin de semana que pasó como un suspiro fue de actividad intensa. Juan se levanta y se asea, listo para comenzar otra semana laboral. Un poco antes de las seis, ese mismo lunes, María ya había despertado. Los niños entran a las siete a la escuela y ella sabe muy bien, que no llegarán a tiempo a menos que se levante un cuarto para las seis. Mientras prepara el desayuno, está repasando su lista de pendientes y actividades que deberá cubrir ese día para que el hogar siga adelante. Es lunes . . .la semana de labores y trabajo comienza. El fin de semana próximo se vislumbra apenas a la distancia y con mucha añoranza. ¿Te parecen familiares estas escenas?
¿Quién inventó el trabajo? ¿Es acaso el invento de una sociedad capitalista obsesionada por la acumulación de riqueza? ¿Acaso es una maldición que vino a la humanidad por la Caída? La Biblia, como para todo lo demás, tiene respuestas sobre este asunto y necesitamos conocerlas. Algunos desprecian el trabajo al punto de decir: “Mira si el trabajo no es algo terrible que hasta tienen que pagarte para que lo hagas”. Otros, por su parte, idolatran el trabajo hasta el punto de sacrificarlo todo por él. Por eso, como cristianos, es importante entender cómo quiere Dios que pensemos y actuemos respecto al trabajo.
Podemos definir el trabajo como aquel esfuerzo mental o físico encaminado a cumplir el mandato de Dios de señorear la tierra ya sea que recibamos algún salario o no. A continuación exploraremos tres verdades bíblicas acerca del trabajo.
I. El trabajo es una Bendición

Muchas personas creen que el trabajo llegó a la humanidad como una maldición por haber caído en pecado. Esta idea se deriva de una mala interpretación de Génesis 3:17-19. Las palabras “con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra” no significan que antes de la caída no había trabajo, sino más bien, que esta actividad instituida por Dios se tornaría complicada y dificultosa por estar la tierra bajo la maldición del pecado.
De ninguna manera podemos concluir que hoy trabajamos por causa del pecado. De hecho, la Biblia nos presenta que el trabajador por excelencia es Dios mismo (Ge 1). Dios no es ningún holgazán, perezoso y desobligado. Jesús dijo: “Mi padre hasta ahora trabaja” (Jn 5:17).
La Biblia también nos aclara que Dios puso a Adán, Su imagen, en el huerto del Edén para que trabajara (Ge 2:15). Adán no estaba en un centro vacacional en el Edén, estaba trabajando. Como vemos, el trabajo ya existía aun antes de la caída.
Por supuesto, la caída vino a complicar las cosas. Ahora nos esforzamos y el sudor corre por nuestros rostros, pero logramos muy poco. La tierra fue maldita por el pecado y esclavizada a la futilidad. Pero espera su liberación cuando los hijos de Dios sean manifestados (Ro 8:19-21).
Entonces, no veamos el trabajo como una maldición, sino más bien, como una bendición. Es el plan de Dios para las vidas de sus imágenes. Cuando trabajamos estamos reflejando a nuestro Padre que también trabaja.
II. El trabajo es una Obligación

En 2 Tesaloniceses 3:6-12 el apóstol exhorta a los holgazanes y plantea el deber de trabajar. El problema era que algunos de la congregación vivían desordenadamente. ¿Qué hacían? Teniendo la capacidad física y mental para hacerlo, no estaban trabajando (v.11). Pablo dice que la solución es que “trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. Y de allí surge la famosa frase tan mencionada: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”. El trabajo es un deber, es una obligación.
Por medio del trabajo logramos señorear la tierra y ganar nuestro sustento. En otra epístola, Pablo llega a decir que si alguien no provee para los suyos es peor que un incrédulo, incluso ha negado la fe por negarse a proveer el sustento (1Ti 5:8). También se nos dice en Efesios 4:8 que el que hurtaba ya no debe hacerlo sino debe trabajar para compartir con los necesitados. El trabajo es obligatorio si queremos agradar a Dios.
Entonces, el trabajo no es una opción para aquellos que tenemos las facultades físicas y mentales para realizarlo. No estemos buscando maneras para no trabajar. Si tiendes a la pereza y a la vida fácil, debes recordar que el trabajo es una obligación. Dios nos quiere activos, diligentes y productivos.
III. El trabajo es un acto de Adoración

Cuando pensamos en el trabajo, pensamos en cómo éste suple nuestras necesidades materiales ya sean personales o de otros, pero nunca pensamos que el trabajo sea algo espiritual. Es decir, algo que tenga que ver con la gloria de Dios, que sea un acto de adoración.
En Colosenses 3:22-24, el Señor nos dice a los que trabajamos que debemos hacerlo para agradarle y no para agradar a los hombres (v.22). Que debemos trabajar como para el Señor y no sólo para los hombres (v.23) y que cuando trabajamos estamos sirviendo a Cristo (v.24).
¿Te das cuenta que esta perspectiva puede revolucionar tu vida laboral? Esta perspectiva te dice que no trabajes por la quincena, sino para honrar a Dios. Que no trabajes para tener contento al jefe, sino para agradar a Dios. Que cuando haces un trabajo para la compañía donde laboras estás trabajando para Cristo. No importa cual sea tu ocupación (lícita, por supuesto), si cambias tuberías o reparas computadoras, si cambias pañales o vendes artículos, si enseñas a niños o recoges basura, si diriges al personal de una empresa o lavas y planchas, cuando trabajas puedes glorificar a Dios con lo que haces. Más allá del salario, de lo popular de tu trabajo, de lo monótono y cansado que pueda ser, recuerda: Eres siervo de Cristo. Estás adorando a Dios al trabajar.
Conclusión
Si tienes una mala actitud hacia el trabajo, recuerda que Dios te lo ha dado como una bendición. Si te ves tentado por la pereza, recuerda que Dios nos dice que el trabajo es una obligación. Si crees que a tu ocupación le falta dignidad, recuerda que con tu trabajo adoras a Dios. ¿Qué actitud tendrás el próximo lunes? Puedes despertar agradecido a Dios por la bendición de trabajar, con el gozo de cumplir tu deber delante de Dios y con la alegría de ir más allá del salario y el cansancio, sirviendo al único que merece toda tu adoración.
Third Millenium Ministries es una excelente fuente de enseñanza biblica.





Cómo ser feliz en el trabajo
“EL SEÑOR ENVIARÁ SU BENDICIÓN... SOBRE TODO AQUELLO EN QUE PONGAS TU MANO...” (Deuteronomio 28:8)
La felicidad implica que te sientas bien acerca de ti mismo en medio de tus relaciones y tus logros. Cuando tus dones y habilidades alcancen su pleno desarrollo y son utilizados a través del trabajo de toda una vida, crecerás en confianza y en poder. Aquí tienes siete claves para que seas feliz en tu empleo:
(1) Ve el trabajo como un regalo del Señor y no como un castigo: “...a todo hombre a quien Dios da bienes y riquezas, le da también facultad para que coma de ellas, tome su parte y goce de su trabajo. Esto es don de Dios” (Eclesiastés 5:19);
            (2) Reconoce a Dios como tu verdadero jefe: “Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno haga, ése recibirá del Señor” (Efesios 6:7-8);
(3) Dedícate a la tarea que sea compatible con tus dones:“Si alguno... ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado...” (1 Pedro 4:11);
            (4) Aprende lo que puedas acerca de tus tareas: “El sabio... escucha y aumenta su saber, y el inteligente adquiere capacidad...” (Proverbios 1:5);
            (5) Aprovecha la crítica para tu ventaja. De hecho, haz que te sirva para algo, pidiendo sugerencias y corrección: “Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo, pero el que acepta la corrección recibirá honra” (Proverbios 13:18);
            (6) Haz más que lo que esperan de ti: “...a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos” (Mateo 5:41). Pertenece al “club” de los que van la “milla extra”;
            (7) Haz que Jesús sea tu “socio de trabajo”. Sigue estando consciente de la presencia de Cristo durante todo el día mientras realices fielmente tus obligaciones (lee Hebreos 12:2): “Tú guardarás en completa paz a aquél cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado” (Isaías 26:3).
Trabajar en circunstancias difíciles
"EL SEÑOR DIOS... LO PUSO EN EL HUERTO..., PARA QUE LO LABRARA Y LO CUIDARA" (Génesis 2:15)
Rechaza cualquier pensamiento de ser la "pobre víctima" que te robe la paz y te prive de estar contento. Tu trabajo, a pesar de los desafíos, habría sido el sueño de tus antepasados. ¿No oraste para conseguir este empleo del cual ahora te quejas? Aunque sea difícil de aceptarlo, estás en estas circunstancias por un motivo, y sólo será por algún tiempo. Estudia el curso; haz los exámenes, termina la carrera y sigue adelante hacia lo que Dios tiene guardado para ti. Hay algo que tienes que aprender y llevar contigo desde tu situación actual hacia la próxima. ¿Como qué? (a) Cimentar aptitudes; (b) Forjar carácter. Aparte de ser hábil con los programas Excel y Word del ordenador puede que tengas que adquirir paciencia y gratitud. Posiblemente debes aprender a dirigir una oficina, además de controlar tus caprichos. Ninguna experiencia es jamás una pérdida de tiempo para los que aman al Señor.
Escucha: "...todas las cosas los ayudan a bien... a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28b). A veces es difícil ver eso en el mismo instante. Cuando José estuvo en el pozo (lee Génesis 37:23,24) y más tarde en la prisión (capítulo 39:20), era difícil ver que aquella "ruta" le conduciría al palacio, pero así fue (capítulo 41:37-45). Dios tiene un plan magistral para tu vida. Tu presente tarea bien puede ser una preparación para el trabajo que el Señor tiene pensado para ti. Mira atrás y ve los pasos que te han hecho llegar al rumbo actual. Después, confía en que Dios está usando cada experiencia para llevar a cabo su voluntad en ti – y tu alegría.
El trabajo bien hecho da su propia recompensa. Nos proporciona un sentido de valor. Sin un propósito, tendemos a deprimirnos. No caigas en la trampa de la promoción publicitaria exagerada de los medios de comunicación que dice que la gente de éxito no tiene que trabajar. Todos fuimos creados para cumplir una finalidad, independientemente de cuánto dinero haya en nuestra cuenta bancaria.
Dios envía a su pueblo hacia zonas hostiles para ser "sal", que cura y saca lo mejor cuando es esparcida. Es un honor ser escogido para el encargo; ¿te sientes también así?
El Señor sabe que si en cualquier situación nos acomodamos demasiado, tendemos a holgazanear demasiado tiempo allí donde estemos. Al "tostarnos" en la tranquilidad y dicha no contenciosa, nos perdemos las bendiciones que vienen a través del enfoque, del propósito realizado y de la guerra. Sí, ¡guerra! La figura de un soldado nos parece demasiado drástica, pero no te olvides: "...sufre penalidades como buen soldado…" (2 Timoteo 2:3). Hemos sido llamados para entrar en situaciones inhóspitas, tomar el territorio y demostrar a otros lo que es vivir bajo la señoría de Jesús. Nos involucramos muy fácilmente en situaciones mundanas, como jefes agobiantes, politiqueo de oficina, chismorreo que causa enfriamiento de relaciones, y tratamiento injusto, los cuales no nos dejan lograr ver la razón de Dios por estar allí.
¿Se te ha ocurrido que podrías ser el único creyente a quien se le conoce en el lugar de tu trabajo, o mejor dicho: el primero que haga que Cristo sea bien visto y que su mensaje sea atractivo? El destino eterno de alguien podría depender de tu testimonio y actuación... Es posible que de momento no esté interesado en lo que tienes que decir, pero la muerte, el divorcio, la enfermedad o la adversidad puede cambiarlo todo en "un abrir y cerrar de ojos". Es cuando el mundo va a buscar el consejo de "los muchachos que echaron al horno ardiendo y también del que arrojaron al foso de los leones" (lee Daniel, capítulos 3 y 6), pues nadie más tiene la respuesta. Así que, "...(hacedlo) [haz] todo para la Gloria de Dios" (1 Corintios 10:31b).
Mientras David estaba fuera en el campo cuidando a las ovejas, los ojos de todo el mundo estaban fijos en Saúl. Pero no los de Dios; los suyos estaban en David, observando cómo adoraba, cómo su carácter, relación con Él y temor del Señor se desarrollaban, y cómo enfrentaba el mal. ¿Sería intimidado fácilmente, o tenía la "madera" de la cual los reyes deberían estár hechos? ¿Cómo se comportaría en la batalla? ¿Vería a un gigante humano, o a un Dios gigantesco apoyándole? ¿Era orgulloso y autosuficiente, corriendo delante del Señor, o confiaba únicamente en Él? ¿Sería justo con las personas? ¿Cómo manejaría la autoridad? ¿Hablaría mal de aquéllos que estaban por encima de él o respetaría a los que estaban en autoridad, independientemente de sus defectos personales?
David no era totalmente consciente de aquello que Dios había planificado para él, pero reconoció al Señor en todos sus caminos. Alguien dijo una vez: "El carácter es lo que eres cuando nadie te mira". Bien, ¡Dios siempre está mirando! Él observaba a David; ¡y también te vigila a ti!
La mayoría de nosotros no trabaja como si el Señor nos observara o incluso se preocupara por el trabajo que estamos haciendo. Fallamos en darnos cuenta de que la promoción no viene "...ni de oriente ni de occidente..., ...[sino de] Dios" (Salmo 75:6-7). ¿Entiendes que aunque tu oficio actual pueda ser dificilísimo, el Señor te ha colocado allí para un propósito? Él te ha puesto en ese lugar para que puedas aprender a tratar con el enemigo, crecer en gracia y madurez y ser entrenado para cosas mejores. ¡Piénsatelo!
¿Piensas que tienes una labor difícil? David trabajó para un rey violento, atormentado por un espíritu malo que le arrojó lanzas (lee 1 Samuel 18:10)... La tarea de David consistía en traer paz, orden y productividad en esa situación peligrosa. Observa dos cosas importantes:
(1) David no intentó orar para que desapareciera su problema. Si hubiera orado para que el espíritu malo de Saúl se alejara de él, habría eliminado la oportunidad de servir a Dios en aquel entorno y en los siguientes. David sabía que el Señor tenía para él algo bueno en el "tintero", y por eso siguió alegre, atento a la voz de Dios y averiguó lo que hacía falta en cada momento a fin de que el Señor apareciera. Dios es un "profesional" en cómo resolver problemas, y cuando los ve, envía a su delegado "profesional". El Señor puede equiparte para la solución en cualquier problema, con el propósito de que Él pueda ser manifestado en medio de la confusión;
(2) Cuando David fue llamado, no acudió con las manos vacías; llegó con regalos. Él trajo "...un asno cargado de pan…" (1 Samuel 16:20). ¡También se llevó su arpa y la habilidad para tocarla (lee 1 Samuel 16:14-18)! No preguntó: "¿Qué provecho sacaré de esto?". Tenemos que deshacernos de nuestro espíritu de "dame" y sustituirlo por un corazón que está dispuesto a servir. Esto implica mantener una postura correcta que diga: `Puede ser que sea un tiempo difícil, pero sólo es temporal. Por lo tanto, comprobaré mi actitud regularmente y estaré agradecido por lo que tengo, para que se me pueda confiar lo que estoy a punto de recibir. Mientras estoy aquí, voy a hacer feliz al Señor. Él me escogió para esta tarea, y demostraré a aquéllos con los que trabajo que tengo algo que ellos necesitan'.
David sabía que Dios le había llamado antes de que fuera a trabajar para el rey Saúl. ¡Esto es muy importante! Aparte de lo que haces, debes saber quien eres; de lo contrario terminarás trabajando con más empeño para ser apreciado que por tus quehaceres. Esto no sólo envía la señal equivocada a tus compañeros de trabajo y a tus supervisores, también te priva de tu verdadera identidad en Cristo, además de la base sólida de seguridad, apacibilidad y alegría que tu tarea provee. Más bien, tu autoestima fluctuará como la popularidad de un político en un año electoral, subiendo un día y bajando el siguiente... En lo que se refiere a tu estado de ánimo y desilusiones inesperadas, aparte de unos pocos momentos de eulogio que puede o no ser sincero, terminarás por estar metido en una "montaña rusa", ya que cuando otros se enteren de que te desenvuelves a través del reconocimiento, tendrán la "llave" para manipularte con el fin de llevar a cabo sus propios objetivos.
Estar sediento de reconocimiento da poder a otros sobre ti para limitarte e influenciarte. ¡Esto es peligroso! Es difícil oír la voz del Señor (que a menudo nos guía en contra de la "marea" de la opinión popular) cuando has afinado tus oídos para responder sólo a la voz del jefe o a los comentarios del cliente.
Escucha: "...hacedlo todo para la Gloria de Dios" (1 Corintios 10:31b). Ya sea barriendo o planificando un presupuesto, ¡hazlo todo como para el Señor! Cuando experimentas su gozo en lo que estás haciendo, incluso si es algo que no te gusta hacer particularmente pero sabes que estás donde debes estar por ahora, no necesitas la afirmación de nadie más.


"Cómo ser feliz en el trabajo" y "Trabajar en circunstancias difíciles" han sido publicados en "La Palabra Para Hoy", escrito por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday
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                                    LA BIBLIA Y EL TRABAJO HUMANO.-
                                                             Por  Guillermo R. Gagliardi.-
  
Una de las exhortaciones Bíblicas más apremiantes sobre el Valor del Trabajo y la Caridad es la Primera Epístola de San Pablo (nacido en Turquía en 6-10 y muerto en Roma en 67 d. C.) a los habitantes de Tesalónica (4,  v. 11 y 12):

“Todavía os exhortamos, hermanos, a progresar más y a que os esforcéis por llevar una vida quieta, laboriosa, en vuestros negocios, y trabajando con vuestras manos como os lo hemos recomendado, a fin de que viváis honradamente a los ojos de los extraños y no padezcáis necesidad”.

Es la inicial “Ascesis del Trabajo”, su cualidad bíblica de castigo y penitencia.
En la 2ª epístola (3:7 y ss.):

                        “Con afán y con fatiga trabajamos día y noche...
Y mientras estuvimos entre vosotros, os advertíamos que el que no       quiere trabajar no coma.

Porque hemos oído que algunos viven entre vosotros desordenadamente, sin hacer nada, sólo ocupados en curiosearlo todo.

A estos tales les recomendamos y exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajando sosegadamente coman su pan”.

Saulo de Tarsos exalta en estas  conceptuosas cartas al “Valor Moral”, la “Ejemplaridad” y la “Humanización” de la Vida Laboriosa.
  
El Trabajo debe ser “fuerte” y “vigoroso”:

“Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida”.

(Proverbios, 24:10).

Es entendido como medio para satisfacer necesidades primarias de comida y de la vida en general, y en segundo lugar, como algo “honroso”, con importancia comunitaria.

Siempre es una incitación al Trabajo ordenado, nunca desaforado ni vanamente afanoso, sino continuamente “sosegado”, con objetivos claros y conscientes, en sentido individual y colectivo.

Expresa J.  M.  Merlín (en su “La cruz del trabajo”, ‘Esquiú’, 17-8-1980):
  
“El trabajo es una colaboración con Dios y con los demás hombres en el desarrollo de la Sociedad y del Mundo, que viene a refluir en la propia perfección del Trabajador”.

Pues al perezoso en el trabajo lo invadirán la necesidad y la pobreza “como hombre armado” advierten los Proverbios (24:34).
  
En el Evangelio según San Lucas (“el médico más querido”, discípulo y compañero de viajes de Pablo, escribió el 3er. Evangelio y los “Hechos de los Apóstoles&rdquoGuiño, se relata  la obra memorable y los viajes de Jesús. Allí, en el cap. 10, vers. 38-42, en Jerusalén:

“Yendo de camino, entró en una aldea, y una mujer, Marta de nombre, le recibió en su casa.
Tenía ésta una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta andaba afanada en los muchos cuidados del servicio, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te preocupa que mi hermana me deje a mí sola en el servicio?. Dile, pues, que me ayude.

Respondió el Señor y le dijo: Marta, Marta, tú te inquietas y te turbas por muchas cosas; pero pocas son necesarias, o más bien una sola. María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada”.

Esta  “mejor parte” no es otra cosa que el Reino de Dios, que ella veía en la palabra  de Cristo. Estas dos hermanas, simbolizan en la historia de la Espiritualidad Cristiana: la Vida Activa y la Vida Contemplativa.

El texto bíblico reivindica  la trascendencia del Ocio, del Ocio Contemplativo, filosófico y creativo. Humanizante.

El filósofo germano Josef Pieper (1904-1997) ha escrito que el Ocio

                        “es  uno de los fundamentos de la Cultura Occidental”.
                       
“Es necesario para la perfección de la comunidad humana que haya hombres que se consagren (como María en el ejemplo de las Escrituras) a la vida ‘no útil’ de la Contemplación”.

Identificamos  a través de ese texto, la “santa ociosidad”, una evasión de las necesidades apremiantes y urgentes, para acceder a las “fundantes” y “esenciales”, a las “religantes”, que nos hagan ver el Mundo con claridad y serenidad.

  Paulo VI (1897-1978), Papa 1963-1978, lo enunció concluyentemente en 1978, al comunicar que las vacaciones y descansos de la esfera laboral

“no son solamente una hermosísima pausa que interrumpe, con un gozo físico y exterior, la monotonía profesional de su propio trabajo, sino también y sobre todo, un encuentro del hombre consigo mismo, con su profesión, con el valor de su propia existencia”.

El Ocio como un re-encuentro, un  Centrarse del Ser en sí mismo, des-mundanización que es Humanización plena y metafísica.
 El Evangelista Pablo, con su voz ardiente y comunicativa expresaba a los corrompidos Corintios (Primera Epístola, 16:13 y ss.):

“Velad y estad firmes en la Fe, obrando varonilmente  y mostrándoos fuertes.
Que todos vuestros trabajos sean hechos con caridad.
Un ruego voy a haceros, hermanos: ...Mostráos diferentes...con todos cuantos trabajan y se afanan”.

Pide el sostenimiento recto de la Fe, la Fuerza, y la Caridad en nuestra Labor. Estimaremos y estimularemos a quienes se esfuerzan y laboran con dedicación.
La Labor Humana es como el Camino de la Cruz, “Via Crucis”, penoso, lleno de renuncias y sacrificios, con el fin de “superarse”, de “mejorarse” incesantemente.

En su Epístolas a los Efesios (4:28),  el  Apóstol de las Gentes expone la conducta del Verdadero Cristiano, del que recibe los Dones divinos, la Gracia: deberá desechar la mentira, no hurtar ni caer en la ira diabólica, sino Trabajar:

                        “haciendo con sus manos lo que es bueno”.

                        “Alégrate en el Trabajo”,
                       
                        “Que tu alma se alegre en el Trabajo”.

                        (Eclesiastés,  2:24).

“He visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque ésta es su parte, porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?”.

Así  se valoriza humana y divinamente el Trabajo, y sobre todo, destaca la Nobleza del Trabajo Manual, que significa y que debe estar iluminado para hacer el Bien,
                         “para que tenga qué compartir con el que padece necesidad”.

Hay Tiempo para Laborar,  para Construir y Obrar, así como hay un tiempo de Llorar y uno de Morir: porque el Trabajo es Don de Dios.
  
·        San Juan Evangelista, el discípulo predilecto de Jesús, el más joven, narra en sus escritos (6:27) las palabras de Cristo en su gran Discurso sobre el Pan de Vida.

Jesús es Dios Encarnado en una vida humana y quien recibe su mensaje, quien cree en Él, tendrá Vida Eterna:

“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida, pero la vida eterna permanece”.

El de Nazareth viene a decirnos que Trabajemos para realizar Fines Trascendentes, y no sólo para satisfacer contingencias, siempre pasajeras.
Demos trabajar para concretar valores que consideramos más sólidos, que lo exclusivamente utilitario, por aquellos que vayan más allá de lo material, insertando nuestra actividad en una escala de estimaciones espirituales, metafísicas.

En el Eclesiastés (9:9 y ss.) el Predicador insta al Goce vital y las Labores Mundanas, al amor al Trabajo y la Vida. Ése es uno de los principios de la Sabiduría: vivir y trabajar alegremente:

“Todo lo que puedas hacer, házlo en tu pleno vigor, porque no hay en el sepulcro, adonde vas, ni obra, ni razón, ni ciencia, ni sabiduría”.


Trabajar es Vivir, ejercer nuestro derecho y deber a la Vida, con “pasión”, con dedicación y en Plenitud.

Génesis (3:17 y 19): 

                        “Con Trabajo comerás de ella (de la tierra) todo el tiempo de tu vida”.

“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra”.

Condena al Hombre  “por haber escuchado a tu mujer comiendo del árbol de que te prohibí comer”, a luchar con su energía total por Vivir.


·        El Trabajo, mandato de Jesucristo y ejemplo de sus Apóstoles, es, según Juan Pablo II (1920-2005, Papa 1978-2005)

“una verdadera vocación, de transformación del mundo en espíritu de servicio y amor a los hermanos, para que la persona se realice a sí mismo y contribuya a la humanización progresiva del mundo y de sus estructuras”.

 En la Historia de la Iglesia Católica es trascendental el dictado magistral de León XIII (1810-1903, Papa desde 1878), de la Encíclica “De Rerum Novarum”, De las Cosas Nuevas, (1891), llamado de atención al mundo sobre el valor cristiano de la acción laboral de gran influencia en el pensamiento universal.

Noventa años después,  el Papa  Karol Wojtiwa publica su “Laborem Exercens” (1981, Sobre el Trabajo humano), que resume en 27 postulados, (tópicos agrupados según los siguientes temas: I. Introducción, II. El Trabajo y el Hombre, III: Conflicto entre Trabajo y Capital en la presente fase histórica, IV. Derechos de los Hombres del Trabajo, V: Elementos para una espiritualidad del Trabajo),   la Filosofía Laboral  a la luz  de la Cosmovisión Católica:

l.- El trabajo humano 90 años después de la “Rerum Novarum”. Nuevos interrogantes y problemas.
2.- La Iglesia frente a la cuestión social.
3.- El problema del Trabajo, clave para la solución gradual de la cuestión social.
4.- Enseñanza del Génesis: el Hombre, imago Dei, llamado a ser dueño de la Tierra mediante su trabajo colaborando con el Deus Creator.
5.- El trabajo en sentido objetivo. La técnica, aliada y posible adversaria del hombre.
6.- Sentido subjetivo. El fundamento para determinar el valor de esta actividad es el hecho de que quien lo realiza es una Persona.
7.- Error del Capitalismo del siglo XIX (materialista-economicista). El trabajo como mercancía. El hombre como instrumento de Producción.
8.- Una justa reacción social contra la degradación humana.
9.- El trabajo, Bien del hombre que expresa y aumenta su dignidad, “bonum arduum” según Sto. Tomás de Aquino. Mediante el trabajo  el hombre se realiza a sí mismo como tal.
10.- Existe una Dimensión Social: el hombre trabaja para otros, la familia, el resto de la comunidad, la grandeza nacional.
11.-  El conflicto entre “Mundo del Capital” y “Mundo del Trabajo”, expresado en el conflicto ideológico Liberalismo-Marxismo, y transformado en Lucha de clases.
12.- Prioridad del Trabajo sobre el Capital. Éste, un conjunto de cosas, es un instrumento subordinado a él.
13.- Un sistema de trabajo es justo si en su raíz supera la antinomia entre Trabajo y Capital. Error del Liberalismo es  haber separado el Trabajo del Capital y haberlo contrapuesto.
14.- La propiedad que se adquiere mediante el Trabajo es un verdadero Derecho con una intrínseca función social. Existe el Derecho Común de todos a usar los Bienes de la Creación.
15.- Es necesario que el hombre conserve la conciencia de trabajar en “algo propio”, que se sienta corresponsable y coartífice en el puesto laboral.
16.- Es un Deber humano y al mismo tiempo fuente de Derechos.
17.- Importancia del empresario indirecto para una política laboral correcta desde el punto de vista Ético.
18.- El desempleo, una calamidad social. El subsidio a favor de los desocupados. Necesidad de una Planificación global.
19.- El Salario es la verificación –clave  y concreta de la justicia de un sistema socio-económico. Revalorización de la labor materna.
20.- El Sindicato es un elemento indispensable de la vida social. Asegura los justos derechos humanos en el marco del Bien Común de toda la sociedad.
21.- Dignidad del Trabajo Agrícola.
22.- La persona minusválida y el trabajo.
23.- El trabajo y el problema de la emigración.
24.- Dar al trabajo concreto aquel significado que tiene ante los ojos de Dios.
25.- El hombre mediante su trabajo participa en la Obra del Creador. La desarrolla y completa.
26.- Cristo, el Hombre del Trabajo.
27.- La fatiga y la alegría del Trabajo a la luz de la Muerte y la Resurrección de Cristo.
  
·        La Mística Pascual del Trabajo consiste en esta Glorificación del Obrar humano como Goce y como Sufrimiento, como Santificación y Oración.

“Ora et Labora” predicó San Benito de Nursia (180-547).

Luchemos por enaltecer al Hombre y al Trabajo mancomunados: pidamos que se consoliden la dignidad auténtica y el fruto genuino de toda clase de trabajo.

Bibliografía:

Sagrada Biblia (ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid).

Arvon: “Filosofía del trabajo”.
Barret: “Historia del Trabajo” (Eudeba).
Battaglia: “Filosofía del Trabajo” (en Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955).
Caturelli: “Metafísica del Trabajo”.
Ferrater Mora: “Diccionario de Filosofía” (t. IV).
Granceschi: “Concepto cristiano del Trabajo” (Criterio, 8-5-1952; y en su “Antología”, AICA, 1997. Íd.: “Notas sobre el trabajo humano” (íd., y en Criterio, 14-5-1953).
Ghirardi: “Filosofía del trabajo”.
Gómez Morales: “El trabajo en la Biblia” (Zero, 1966).
Haessle: “El trabajo y la moral”.
Ingenieros: “Las fuerzas morales”.

SINTETIZANDO: Un ser humano se siente realizado y satisfecho, cuando depende del trabajo de sus manos y del sudor de su frente, el que tenga una vida buena, saludable, equilibrada, con luz, amor y paz; sólo así se llega a una comunión entre el alma y el cuerpo material y por muy cansado que se termine, se siente la alegría del deber cumplido y de estar dando frutos para y por el bien propio y de los demás, aunque muchas veces no sea remunerado ese trabajo, la satisfacción de realizarlo no lo suplen los placeres mundanos, ésa es una gran remuneración para la labor espiritual. Así es como debe ser. TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS. Cada uno colocando su grano de arena, ayuda a que el planeta y el universo con sus seres que lo habitan estén equilibrados y evolucionen con alegría, paz y amor. Mucho cariño y bendiciones a todos. Gracias benditos. MARTHA LUCÍA.