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martes, 9 de julio de 2013

ABOGADOS: DEFENSORES, INTERCESORES, ACUSADORES = INTERMEDIARIOS. HUMILDAD NO SIGNIFICA RESTRINGIR SUS NECESIDADES

ABOGADOS: DEFENSORES, INTERCESORES, ACUSADORES = INTERMEDIARIOS.  Julio 9 de 2013, 2:30 P.M. Buenas y santas tardes y semana, familia. Veamos según el diccionario:
abogado, -da s. m. y f.
1   Persona legalmente autorizada para defender a sus clientes en juicio, representarlos o aconsejarlos. Letrado.
— de oficio Abogado que asigna un juez o un tribunal para defender o representar a la persona que carece de recursos económicos para pagar a uno particular.
2   Persona que intercede para que dos partes lleguen a un acuerdo.

abogado del diablo Persona que contradice los argumentos de otra persona para comprobar su veracidad, sin que ello signifique que se opone a dichos argumentos: los periodistas a menudo nos vemos obligados a hacer de abogados del diablo.
OBS Femenino: abogado o abogada.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

No todos los abogados son eficientes y buenos, hay algunos malos y no cumplen bien su misión de vida, como Dios se los ha encomendado. Se debe respetar a todos los abogados, al igual que a todos los seres humanos y seres del planeta y de la creación. No digan que todos los abogados son unos pícaros, ni todos los jueces, ni los fiscales.

EN TODAS PARTES SE CUECEN HABAS. DE TODO HAY EN LA VIÑA DEL SEÑOR. No podemos pretender que todos obremos o seamos de igual manera, pero sí podemos esperar que como seres humanos, e hijos de Dios, todos cumplamos con el respeto a las leyes naturales, a los mandamientos divinos y a las leyes hechas por los hombres. Cuando digo todos, somos todos, hasta las mismas autoridades, porque a veces, aquellos quienes nos dan las leyes, son los primeros y principales violadores de los derechos de los demás y de las leyes.

El abogado no sólo es aquel que se desempeña en los ámbitos judiciales o en los distintos cargos judiciales, también es aquel que intercede por los demás en determinadas circunstancias ante otros y ante Dios. Por esa razón, los: apóstoles, pastores, sacerdotes y el papa, entre otros también son abogados, así como Jesús, también es el primero entre todos los abogados, sin su abogacía, la humanidad no se habría salvado, ni tendría la esperanza de vida eterna.

Ahora que os hablo de vida eterna, vuelvo a resaltar la condición humana, que cuando los hombres no entienden los conceptos o aptitudes, o los demás no obran según ellos piensan, ordenan o a su amaño, inmediatamente declaran al otro loco o delincuente o vicioso. En lugar de aprovechar las cosas buenas que les dan y los conocimientos nuevos que los ayudan a vivir mejor consigo mismos o con los demás.

El abogado no sólo aboga o intercede por los demás, en todos los ámbitos, el abogado también debe enseñar y mejorar las condiciones de los otros. Recuerden: TODOS PARA EL UNO Y EL UNO ES PARA TODOS.

Lo que más importa es que el abogado nunca se olvide de que es un ser humano, procure no caer en situaciones anómalas y obrar siempre con justicia y equidad cumpliendo las leyes de Dios naturales y humanas, por el bien de todos, no sólo por el bien de los mafiosos, de sus relaciones sociales, del sexo o de sus bolsillos.

Quien vende su conciencia, vende su alma, nunca lo olviden.

HUMILDAD NO SIGNIFICA RESTRINGIR SUS NECESIDADES. No podemos pedirles a todos y todas, que obren igual. No se es malo porque se vista más bonito, lujoso u ostentoso que los demás, ni porque se tengan más bienes materiales que otros, lo más importante es que obtengan decentemente, sin dañar, matar o robar a otros lo que les gusta, con lo que se sientan cómodos, sea fino, bonito, lujoso o no. Sin importar si es apóstol o no de Cristo o e la Iglesia en general que es el resto de la humanidad, no restrinjan a sus hermanos en el uso de lo que les gusta, si tienen con qué comprarlo, disfrútenlo y en lo que puedan ayuden a los demás.

No hay motivo de discordia, ni de disgusto en que otros puedan tener más mientras otros tienen menos. Pronto verán, que si terminan de hacer las leyes como se les ha indicado entre los frutos de sus trabajos y los bonos de solidaridad del estado, en cada lugar del planeta, podrán todos acceder a lo que necesiten y a las cosas bonitas y todo lo que les supla sus necesidades y los haga felices y los mantenga cómodos, mis niños. Aunque trabajan por y para la obra del Señor, tienen derecho a cobrar por su tiempo, presentaciones y labor, siempre que sean distintas a caridad. Nadie tiene derecho a criticar porque alguien cobre el fruto de su sudor, porque no pueden vivir del aire, necesitan dinero para comer y estar sanos y cómodos. Todavía no son enteramente cuerpos gloriosos, aunque todos estén dentro del cuerpo del Dios creador.

La verdadera humildad está en no olvidar nunca que todos son hermanos, hijos del mismo Dios, con la misma dignidad en cuanto a derechos y merecedores del mismo respeto y bienestar que los otros. El que alguien denote sus logros, se felicite, reconozca sus potencialidades ante sí o ante los demás, no lo hace poco humilde o soberbio, es una persona que se conoce y es tan madura, que puede autofelicitarse y reconocer, las cualidades y capacidades excelentes que tienen, un ser así, es digno de felicitar y admirar, no de repudiar, en lugar de ello, pueden imitarlo, pero sin grosería, sin herir a los demás ni a sí mismos y sin soberbia. Sólo los que fingen son los que pueden criticar la forma de actuar o desenvolverse de los demás ante y en medio de la sociedad. Mucho cuidado con la crítica. Mientras respetemos las leyes de Dios y de la humanidad, podemos pararnos en el ombligo, sin hacerle daño a nadie ni a nosotros. NO DIGAS DE OTRO, LO QUE A LO MEJOR EN EL FONDO DE TÍ, EN REALIDAD, TÚ ERES. Mucho cariño y bendiciones a todos. Gracias benditos. MARTHA LUCIA.