APARIENCIAS, HIPOCRESIA, MALDAD Y RECOMPENSA

Buenas y santas noches: febrero 16 de 2011

Ser mansos, no mensos; como hijos de Dios que sois debéis vivir alerta en todo momento y lugar, no os durmáis. En estos tiempos de cambio, Satán ataca en más lugares y con desespero, porque su mal se está barriendo del planeta y la creación. Dejad de estaros ocupando en estarme espiando y juzgándome y ocúpense más de sus asuntos y misión de vida. No os quiero crear confusión, YO SOY LA QUE SOY y mi ejemplo tiene su razón de ser.

No me gusta estar en casa ajena ni en corrillos en andenes, porque al final se incurre en la crítica, burla y bochinche; armas de Satán. Que vuestras reuniones sean constructivas, no destructivas; visito a los pacientes de sanación, a veces voy a recoger mi salario, visitas sociales casi nunca hago; mi salud no permite que haga muchas cosas.

No debo agitarme innecesariamente. No socializo con vecinos, porque han sido mis victimarios: unos dañando mi computador, otros atentando o mandando atentar contra mí, otros calumniándome, otros injuriándome, engañándome, mintiendo, traicionando, robando, otros confabulando para mandarme falsos amores y tratar de prostituirme, otros firmando un memorial diciendo que mi casa era propiedad de mi mal padre; hasta los mismos a quienes les pagué porque la repararan o construyeran y sus familiares firmaron ese papel, aseverando calumnia y falsedades en mi contra, sin más motivo que su envidia y odio contra mí, porque no me junto con ellos, ni les rindo cuentas sobre lo que hago, estoy haciendo o voy a hacer y los de enseguida, noche y día me tienen en el techo un cable o aparato, donde me tienen intervenidos los celulares y no me dejan llegar las llamadas y SMS a destino muchas veces.

Debido a esto quiero que les quede claro a estos corrompidos y a los que se les parecen: cuando se agrede a un ser humano sin parar y sin compasión, matando sus fetos por los traumas y tratando de matarlo a él, como han hecho conmigo; no esperen compasión del cielo para ustedes, sus cómplices, ni vecinos pasivos que viendo toda la porquería, no son capaces de oponerse ni enviarlos a justicia con sus testimonios y los solapan.

Deshagan el mal si pueden. Trataron de matarme, estoy viva por Yahveh no por ustedes; los muertos ya no son nada de los que quedan, ni les sirven para nada. No pretendan lo que perdieron por su propia maldad. No somos ya nada, ni siquiera nos une hermandad en Dios; son asesinos con almas perdidas porque así quisieron tanto ustedes como los que han visto y callado, todos sus cómplices: todos pecaron.

Pueden recuperar sus almas y el perdón, pero no pretendan que confíe en ustedes, los ame y me les acerque sabiendo lo dañinos que han sido y son, cambien. Si querían socializar y que fuera cercana a ustedes, es con amor como se consigue esto; no a punta de maltratos, componendas, atentados, ni engaños. Pecó mi prometido y familia porque callaron y nunca aclaró nada, teniendo tanta manera de comunicarse; pecaron los vecinos traicioneros por entrometidos y envidiosos; pecaron los impostores por tratar de engañar, todos sus familiares y secuaces.

Se peca por acción, intención, pensamiento, palabra y omisión. Sigan sus vidas y misiones, cambien, atiendan sus asuntos y dejen de meterse en los míos o en los de los demás. Hay una enseñanza muy valiosa que me dio mi madre: “todos somos iguales, con los mismos derechos y dignidad” y por eso deben siempre tratarse con respeto, amabilidad y equidad; y respetar la vida privada de todos y ayudar cuando vean que los necesitan, sin mirar a quién lo hacen.

A veces han perdido empresarios, grandes negocios por tratar mal, a un viejo, a una limosnera o a un mugroso. El hombre más mal vestido o mugroso, puede ser el más rico del planeta y por su aspecto lo repudian los materialistas. Cuando se dan cuenta de su error, es tarde. Llevo muchos años, siendo tratada como una bruja, perversa y lo peor que existe, por mis vecinos y cercanos, sólo porque no los he dejado entrometerse en mi vida y a los pacientes les hice prometer, no contar los milagros hasta que yo lo hiciera.

Ahora están contando, porque saben que los liberé de la promesa. Algunos me preguntaban: por qué no quiere que contemos y le traigamos más gente, les dije: porque hay que dejarlos ignorantes de esto para ver cuánto daño más me van a hacer y hasta dónde van a llegar estos perversos; porque no quiero publicidad y que se llene la cuadra de gente enferma sufriendo, bajo lluvia o sol y armando espectáculo, cuando a todos no los puedo sanar, sólo a los que Yahveh me dá permiso de sanar y porque cuando sano, se agotan mis energías, se resiente mi salud y debo llevar mi misión en la dirección que Dios me señaló.

Debo enseñar a todos, no a unos pocos.

Hijos: las apariencias engañan, no todo lo que veis es verdadero, Satán se oculta a veces en lo más elegante, bonito o rico. La verdadera riqueza es la espiritual. Que sus valores espirituales prevalezcan en sus decisiones, comportamientos y elecciones. Vean más con los ojos del alma que con los del cuerpo y cuando dañen a alguien, midan el alcance del mal que hicieron; no sean cínicos ni hipócritas y no pretendan que su víctima los tenga que aguantar o darle a ustedes, lo que ustedes no dieron.

La ley de la retribución la manejan ustedes mismos con sus acciones e intenciones, de qué se quejan? Qué critican? Sólo empiezan a recibir la desconfianza y repudio que con el dolor que dieron ustedes mismos crearon. Afronten los resultados de su maldad y no porque estén locos de maldad o en su salud, pretendan que nada pasó porque fue al pellejo de otros y no al de ustedes que lo hicieron. Que les sirva de lección, para no volverse a unir en gavilla para obrar mal; júntense para obrar bien. Gracias benditos. MARTHA LUCIA.