CUIDADO CON LOS GOLPES
EN LA CABEZA. Octubre 14 de 2014, 12:55
M. Buenas y santas tardes y semana querida familia. La cabeza es la parte del
cuerpo que contiene el cerebro el cual se encarga de dirigir, administrar y
controlar todas las moléculas y átomos del cuerpo humano, es por eso que deben
procurar que desde recién nacidos hasta el día de su muerte material, no sufran
golpes, contusiones, ni daños por descuido en su cráneo. También se debe cuidar
la alimentación, el sueño y la actividad diaria de cada ser humano. Hasta ahora
es conocido que en la mayoría de los seres humanos que han sufrido el estado de
coma, muchos de estos casos pueden presentarse por la baja de potasio o de
azúcar, por eso es muy importante que se consuma una dieta balanceada que por
lo menos contenga la porción mínima necesaria para evitar caer en estados de
inconsciencia.
A continuación vamos a
estudiar todo lo concerniente a los cuidados de la cabeza y el cerebro, en
varios links compilados al respecto:
CUIDADOS MÉDICOS TRAS UNA LESIÓN DE LA CABEZA
El personal médico en la escena de una lesión en la cabeza trata de
estabilizar al paciente y se enfoca en prevenir una lesión mayor. Como muchos
pacientes con lesiones en la cabeza también tienen lesiones en la médula
espinal, los paramédicos están entrenados para tener mucho cuidado al mover al
paciente. El paciente es colocado en una camilla rígida y se inmoviliza su
cuello para prevenir lesiones mayores de la cabeza o la médula vertebral. Otras
preocupaciones incluyen asegurar un apropiado suministro de oxígeno al cerebro
y el resto del cuerpo, mantener un flujo sanguíneo adecuado, y controlar la
presión arterial. El personal médico de emergencia puede tener que abrir la vía
aérea del paciente o realizar otros procedimientos para asegurarse de que el
paciente está respirando. También pueden realizar RCP para ayudar al corazón a
bombear sangre al cuerpo, y pueden tratar otras lesiones para controlar o
detener sangrados.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA SERIEDAD DE UNA LCT?
Un abordaje estándar de una presunta lesión de cabeza es
la Escala de Coma de Glasgow. Este abordaje es realizado usualmente por el
personal médico de emergencia. Evalúa: 1) apertura de los ojos, 2) habilidad
para responder verbalmente, 3) habilidad para mover los brazos y las piernas.
Los valores de las tres pruebas se suman para determinar la condición general
del paciente. Un puntaje total de 3 a 8 indica una lesión severa de la cabeza,
9 a 12 indica una lesión moderada de la cabeza, y 13 a 15 indica una lesión
leve de la cabeza.
ESCALA DE COMA DE GLASGOW
APERTURA DE LOS OJOS
|
4
|
Abre los ojos espontáneamente
|
3
|
Abre los ojos ante orden verbal
|
2
|
Abre los ojos ante dolor (ser pinchado)
|
1
|
No abre los ojos
|
RESPUESTA VERBAL
|
5
|
Orientado y habla normalmente
|
4
|
Confundido pero habla normalmente
|
3
|
Palabras inapropiadas
|
2
|
Sonidos incomprensibles
|
1
|
No hay respuesta verbal
|
RESPUESTA MOTORA (MOVIMIENTO DE BRAZOS Y PIERNAS)
|
6
|
Obedece órdenes de mover brazos y piernas
|
5
|
Se retira del dolor local (donde sea pinchado)
|
4
|
Se retira generalmente del dolor
|
3
|
Flexiona las extremidades en respuesta al dolor
|
2
|
Estira las extremidades en respuesta al dolor
|
1
|
No hay movimiento en respuesta al dolor
|
|
|
|
¿QUÉ ESTUDIOS AYUDAN A DIAGNOSTICAR LA SEVERIDAD DE UNA LESIÓN DE LA
CABEZA?
Un paciente con un puntaje de Escala de Glasgow para LCT leve a moderado
puede recibir rayos-X (radiografías) del cráneo y el cuello para chequear si
hay fracturas y cualquier evidencia de lesión a la médula. TCs se realizan
típicamente a los pacientes con lesiones moderadas a severas. La TC muestra
fracturas de huesos, hematomas, contusiones, e inflamación cerebral. Una
RMN también puede realizarse y puede mostrar más detalles en el cerebro que las
radiografías o TC. Una RMN no es usualmente el primer estudio realizado porque
toma más tiempo que una TC, y no todos los hospitales tiene equipos
de RMN.
¿CUÁLES SON LOS NIVELES DE CONSCIENCIA QUE PUEDEN SEGUIR A UNA LCT?
Estupor
El estupor es un estado en el que el paciente no responde pero puede ser
despertado brevemente por un estímulo fuerte, como el dolor agudo.
Coma
Un paciente en coma está totalmente inconsciente, no responde, no está
atento, y no puede despertar. Los pacientes comatosos no responden a estímulos
externos, como el dolor o la luz, y no tienen ciclos de sueño-vigilia. El coma
resulta de un trauma extendido en el cerebro. El coma usualmente dura de
algunos días a algunas semanas. Luego de este tiempo, algunos pacientes salen
gradualmente del coma, algunos progresan a un estado vegetativo, y algunos
mueren.
Estado Vegetativo
Los pacientes en un estado vegetativo están inconscientes y están ajenos
a su entorno, pero continúan teniendo un ciclo de sueño-vigilia y pueden tener
períodos de alerta. A diferencia del coma, en que los ojos del paciente están
cerrados, los pacientes en estado vegetativo a menudo abren sus ojos y pueden
moverse, gemir, o mostrar respuestas reflejas. Un estado vegetativo puede
resultar de una lesión extensa a los hemisferios del cerebro sin dañar el
cerebelo o el tronco cerebral. (En el diagrama, el hemisferio cerebral incluye
los lóbulos frontal, parietal, occipital y temporal). La anoxia, o falta de
oxígeno en el cerebro, que es una complicación común cuando se detiene el
corazón, también puede provocar un estado vegetativo.
Estado Vegetativo Persistente
Muchos pacientes emergen de un estado vegetativo en unos pocos días,
pero aquellos que no se recuperan en 30 días se dice que están en un estado
vegetativo persistente (EVP). Las posibilidades de recuperación dependen de la
extensión de la lesión del cerebro y la edad del paciente, con los pacientes
más jóvenes teniendo una mejor probabilidad de recuperarse que los pacientes
más viejos. Los adultos tienen un 50 por ciento de probabilidad y los niños un
60 por ciento de probabilidad de recuperar la consciencia de un EVP dentro de
los primeros 6 meses. Luego de un año las probabilidades de que un paciente en
un EVP recupere la consciencia son muy bajas y la mayoría de los pacientes que
sí se recuperen estarán severamente impedidos. Cuando más tiempo esté un
paciente en un EVP, tienden a ser peores los impedimentos resultantes. La
rehabilitación, sin embargo, puede ayudar en la recuperación.
Síndrome de Enclaustramiento
El síndrome de enclaustramiento es una condición en la que el paciente
está consciente y despierto pero no se puede mover o comunicar debido a una
parálisis completa del cuerpo.
A diferencia del EVP, en que las porciones superiores del cerebro son
dañadas y las porciones inferiores no lo son, el síndrome de enclaustramiento
es ocasionado por daño a porciones específicas del cerebro inferior y el tronco
cerebral sin daño al cerebro superior. La mayoría de los pacientes con síndrome
de enclaustramiento pueden comunicarse mediante movimientos de sus ojos y
parpadeos, que no son afectados por la parálisis. Algunos pacientes pueden
tener la habilidad de mover ciertos músculos faciales del mismo modo. La
mayoría de los pacientes con síndrome de enclaustramiento no recuperan el
control motor, pero varios dispositivos están disponibles para ayudar a los
pacientes a comunicarse.
Muerte Cerebral
Con el desarrollo de equipamiento médico que puede mantener
artificialmente el flujo sanguíneo y la respiración a lo largo de la última
mitad de siglo, el término "muerte cerebral" ha comenzado a usarse.
La muerte cerebral es la ausencia de funcionamiento cerebral. Antes de que se
inventara el equipamiento para mantener la vida, el cuerpo moría tan pronto
como el cerebro moría porque el cerebro es necesario para controlar funciones
corporales vitales como la respiración y el latido del corazón. Las funciones
cerebrales pueden detenerse luego de que un daño generalizado en el cerebro
conlleva pérdida de la capacidad del cerebro para coordinar la actividad entre
distintas áreas del cerebro. La muerte cerebral es irreversible. En 1981 la
Comisión Presidencial para el Estudio de Problemas Bioéticos en Medicina e
Investigación Biomédica y de Comportamiento desarrolló criterios específicos
para determinar cuando ha ocurrido muerte cerebral. Inmediatamente después de
que un paciente con muerte cerebral es removido del equipamiento para mantener
la vida, el corazón deja de latir y se detiene la respiración.
¿Necesitan Cirugía los Pacientes con LCT?
Cerca de la mitad de los pacientes con lesiones de cabeza graves
necesitarán cirugía para remover hematomas, detener sangrados, o tratar
contusiones severas. Los pacientes también pueden necesitar cirugía para tratar
lesiones en otras partes del cuerpo. Estos pacientes usualmente van a la unidad
de cuidados intensivos luego de la cirugía.
En algunas ocasiones cuando el cerebro es lesionado ocurre una
inflamación y se acumula fluido dentro del cerebro. Mientras que esto ocurre en
forma normal en cualquier parte del cuerpo luego de una lesión, el cráneo
limita cuanto puede inflamarse el cerebro. Como resultado, la inflamación y el
fluido llevan a un aumento de presión dentro del cráneo. La presión dentro del
cráneo es llamada presión intracraneal (PIC). Una PIC incrementada puede
comprimir y matar células cerebrales.
Cuando se sospecha que la PIC es elevada, un instrumento se inserta a
través de un hueco perforado en el cráneo y se conecta a un monitor que mide la
PIC. Existen medicamentos que pueden darse en un intento por disminuir la PIC.
Sin embargo, si la presión se mantiene elevada puede ser necesario que un
neurocirujano realice un procedimiento quirúrgico para disminuir la presión.
Esto se consigue removiendo el fluido que normalmente se encuentra en el
cerebro con un procedimiento llamado ventriculostomía.
Aprenda más acerca de complicaciones, discapacidades, y otros problemas
a largo plazo que pueden resultar de una LCT.
En Abril de 2008, el Departamento de Defensa anunció un contrato de $4.6
millones con la Fundación de Trauma Cerebral (del inglés"Brain
Trauma Foundation") para desarrollo de un aparato para
evaluación de las lesiones cerebrales en el campo de batalla.
CUIDADO
CON LOS TUMORES CEREBRALES
Martes
06 de agosto del 2013 | 11:08
¿Sabías
que un dolor de cabeza frecuente o un desmayo sin causa aparente pueden ser
síntomas de un tumor cerebral?
A
veces un intenso dolor de cabeza es asociado a un malestar gripal,
pero cuando es frecuente es necesario tomarse una placa, ya que esto podría
salvarle la vida, al detectar a tiempo un tumor cerebral, un
problema que puede agravarse continuamente hasta producirle la muerte,
dijo Marcos Vilca, neurocirujano de la Clínica San Pablo.
“Un
tumor cerebral es una masa de células anormales que crece de manera
descontrolada dentro del cerebro, ya sea destruyéndolo o comprimiéndolo
contra la caja que lo contiene, es decir el cráneo. Casi todos los tumores
tienen algún factor genético determinante que permanece reprimido quizá toda la
vida y nunca se exprese, sin embargo hay factores de riesgo ambientales y
cambios corporales o emocionales como la edad, el estrés y la depresión que
hacen que este se exprese y el tumor aparezca”, indicó.
Según
el especialista, los síntomas aparecen por la presión que ejercen los
tumores sobre el cerebro dentro del cráneo. Empiezan usualmente con un
dolor de cabeza persistente, que suele empeorar cada vez más, sobre todo en las
noches, junto con vómitos y a veces convulsiones.
“También
se observan alteraciones mentales, desmayos, apatía, dependiendo de
la ubicación puede producir falta de fuerza en las extremidades y disminución
de la visión. Finalmente provocan trastornos del sensorio, coma y muerte si no
hay un tratamiento adecuado”, dijo.
TIPOS DE TUMORES CEREBRALES
Vilca señala que hay tumores benignos y malignos, el primero
provoca daños en el cerebro, ya sea mediante compresión a medida que este
crece. De otro lado, los tumores malignos crecen e invaden y
destruyen el mismo cerebro infiltrándolo, entre estos están los astrocitomas y
los más agresivos son los glioblastomas.
RECOMENDACIONES
El especialista subrayó que los dolores de cabeza persistentes y de
evolución progresiva son motivo de consulta con un médico. Las tomografías
computarizadas y resonancias magnéticas son claves en el diagnóstico.
¿CUALES SON LOS DAÑOS DEL CEREBRO?
ENFERMEDADES DEL CEREBRO
Las enfermedades del cerebro mas comunes que se tratan en el área de
neurocirugía, se pueden dividir en cinco grandes grupos: Vascular, Tumoral,
Infeccioso, Degenerativo y Traumático. En ocasiones, hay combinaciones de estos
grupos en una sola manifestación clínica. En los siguientes apartados se
ampliaran las características y ejemplos de cada uno de ellos.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
Diversas infecciones pueden atacar el cerebro. En nuestro país la más
frecuente es la neurocisticercosis cerebral, conocida como la enfermedad de
parásito del cerdo. A pesar de su nombre, no se produce directamente por la
ingesta de carne de cerdo, sino mas bien, por contaminación de los alimentos
con heces de una persona que tiene teniasis intestinal. Los síntomas de este
problema son dolor de cabeza, convulsiones, trastornos de la vista, deterioro
del estado de conciencia, etc. Las complicaciones más temidas son la
infestación masiva y la obstrucción del sistema ventricular, conocida como
hidrocefalia. El tratamiento de la cisticercosis consiste en antiparasitarios,
esteroides, anticonvulsionantes y en ocasiones procedimientos
quirúrgicos.
Otros tipos de enfermedades infecciosas del cerebro que vemos en nuestro país son:
tuberculosis cerebral, meningitis con encefalitis, toxoplasmosis,
criptococosis, abscesos cerebrales, etc.. La figura de la izquierda muestra un
absceso cerebral temporal izquierdo.
ENFERMEDADES DEGENERATIVAS
En este grupo de patologías se encuentran trastornos de movimiento como la
Enfermedad de Parkinson, enfermedades desmielinizantes como la esclerosis
múltiple y trastornos de la memoria como la enfermedad de Alzheimer. Son
enfermedades progresivas, discapacitantes, crónicas, que necesitan tratamiento
de soporte a largo plazo. La mayoría de estas enfermedades son vistas por
Neurología. El rol de la neurocirugía se limita a biopsias, colocación de
neuromoduladores, manejo del dolor, etc. La figura de la izquierda muestra
cierto grado de dilatación ventricular, hallazgo frecuente en estas patologías.
ENFERMEDADES TUMORALES
Los tumores cerebrales se caracterizan por el crecimiento anormal de tejido
dentro o adyacente al tejido cerebral normal, lo cual produce síntomas
derivados de la presión aumentada en el cráneo, o la compresión y destrucción
de los tejidos cerebrales normales. Debido a su localización, todos los tumores
cerebrales se consideran malignos, aunque, dependiendo de sus características
microscópicas y su agresividad, hay algunos que pueden ser curables por medio
de extirpación quirúrgica, como por ejemplo los meningiomas y los adenomas de
hipófisis; otros pueden ser controlados en su crecimiento por largo tiempo como
los oligodendrogliomas y los craniofaringiomas. En cambio hay otros como el
glioblastoma multiforme, que es resistente a todo tipo de terapia, y por lo
general se asocia a pocos meses de sobrevida luego del diagnostico.
Dentro de los métodos de diagnostico para estas enfermedades se
encuentran el TAC cerebral y la resonancia magnética nuclear, que nos dan datos
de imagen acerca de tamaño, localización, relación con estructuras normales,
velocidad de crecimiento, etc.
Las herramientas de tratamiento de estos tumores incluyen cirugía,
quimioterapia, radiación en forma de radiocirugía, radioterapia, braquiterapia
(radiación local desde adentro de la lesión), y nuevas técnicas que influyen
sobre la capacidad de los tumores de crear nuevos vasos sanguíneos que nos
nutran. También se esta experimentando en la genética de los tumores para
alterar estos patrones de crecimiento.
TRAUMA CRANEOENCEFÁLICO
El trauma de cráneo es la segunda causa de consulta y es la primera causa de
muerte en nuestros hospitales. Las causas mas frecuentes de este tipo de trauma
son: accidentes de tránsito, caídas de árboles o techos, golpes directos
(violencia) y heridas por armas de fuego. El edema cerebral, es decir, la
inflamación del cerebro lleva a aumento de la presión dentro del cráneo, lo que
produce la muerte progresiva del mismo cerebro. Además se pueden producir
hemorragias internas, las cuales, dependiendo del sitio específico en que se
localicen se denominan hematomas epidural, subdural o intraparenquimatoso. El
diagnóstico de estas complicaciones se hace principalmente con el TAC cerebral.
El tratamiento consiste en medicamentos antiedematosos, anticonvulsivantes,
oxígeno, soporte ventilatorio, soporte nutricional, etc. En ocasiones es
necesario drenar los hematomas. Anteriormente se utilizaban mucho los
esteroides para tratar este trauma, pero la evidencia en los estudios clínicos
ha demostrado que no son útiles, y que al contrario, pueden producir más daño
que beneficio. La figura de la izquierda muestra la presencia
Source:
OTRAS ENFERMEDADES QUE
PUEDEN SUFRIR LOS EPILÉPTICOS. La epilepsia no es una enfermedad hereditaria,
es una enfermedad ocasionada por un trauma cerebral o en muy pocos casos es
hereditaria, donde en determinados lapsus de tiempo, se pueden interrumpir los
choques eléctricos neuronales que hacen que todo ser humano permanezca activo y
consciente de su ser, y ocasiona una carga masiva de estos choques cerebrales,
que le generan paroxismos a los que sufren de esta enfermedad, con riesgo de
que se traguen la lengua, cuando son muy fuertes. Además, con el transcurso del
tiempo, los enfermos de epilepsia, empiezan a sufrir lagunas mentales y pueden
degenerarse sus neuronas rápidamente constituyéndose en enfermos de alzhéimer y
fuera de ello, debido a sus condiciones especiales y a los desarreglos
neuronales, con el paso del tiempo pueden volverse enfermos de esquizofrenia o
trastornos bipolares, es muy importante que el gobierno otorgue un subsidio
para que los epilépticos del país, puedan ser operados en Medellín y se les
separe los dos lóbulos para que no sigan padeciendo de estos paroxismos
infernales que sufren durante toda su vida, constituyéndolos en una minoría
discriminada por su incapacidad.
A continuación veremos
lo compilado sobre la epilepsia:
EPILEPSIA
QUÉ ES LA EPILEPSIA
La epilepsia es
una de las enfermedades neurológicas crónicas más importantes y
prevalentes, provocada por uno o varios trastornos que predisponen al cerebro
para generar convulsiones recurrentes, que tiene consecuencias no sólo
neurobiológicas, sino también cognitivas y psicológicas. La literatura acerca
de la epilepsia ha estado, históricamente, plagada de errores que han
alimentado su leyenda negra y han motivado que los pacientes epilépticos sufran
un injustificado estigma social.
Para
considerar que una persona padece epilepsia como enfermedad, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE),
exigen la repetición crónica de crisis epilépticas, es decir, se hace el
diagnóstico de epilepsia cuando el paciente ha tenido dos o más crisis
espontáneas a lo largo de su vida.
La
epilepsia es el tercer trastorno neurológico más frecuente después de
los ictus (accidentes
vasculares cerebrales) y las demencias, y se
calcula que afecta al 0,5-1,5% de la población. Sólo en España existen más de
400.000 afectados, según las estimaciones de la Federación Española de Epilepsia
(FEDE).
La
mayoría de los casos ocurren en niños menores de 10 años y en personas
mayores de 65. Son más frecuentes en países subdesarrollados y entre las
clases socio-económicas desfavorecidas.
CRISIS EPILÉPTICA
Crisis epilépticas se producen por una descarga anormal y exagerada de ciertos grupos
neuronales del cerebro.
Para que las descargas neuronales anormales desencadenen crisis
epilépticas deben tener lugar una serie de procesos:
Sincronización, amplificación y propagación de las descargas.
La descarga epiléptica se
produce como resultado de un desequilibrio entre los mecanismos excitadores e
inhibidores a los que las neuronas están expuestas. La
epileptogénesis es el proceso por el que una estructura
nerviosa normal se vuelve hiperexcitable, hasta llegar a generar crisis epilépticas de
forma espontánea.
Para
determinar si se trata de una crisis epiléptica hay que tener en
cuenta que:
No
toda descarga paroxística del cerebro, aunque sea detectable en
el electroencefalograma (EEG), es una crisis epiléptica si
no produce clínica.
Las
disfunciones paroxísticas cerebrales que no se hayan producido a
consecuencia de una descarga neuronal hipersíncrona, sino de otro tipo,
no deben considerarse crisis epilépticas, aunque pueden provocar
manifestaciones clínicas similares.
Las descargas de
otros grupos neuronales fuera de la corteza cerebral, por ejemplo
del tronco cerebral o de la médula, dan lugar a manifestaciones
paroxísticas, como espasmos musculares, que no son crisis epilépticas,
aunque respondan a los mismos fármacos.
TIPOS DE CRISIS EPILÉPTICAS
Existen dos grandes grupos de crisis epilépticas: las crisis epilépticas
focales (o parciales) y las crisis epilépticas generalizadas.
Antes de una crisis
Síntomas prodrómicos: son sensaciones inespecíficas como cambios de humor, irritabilidad,
alteraciones del sueño, del apetito o del comportamiento, desde horas o días
antes de las crisis, sobre todo convulsivas.
Aura epiléptica: es la sensación inmediatamente previa a la crisis. Se aplica a las
sensaciones epigástricas o psíquicas como miedo, angustia, malestar indefinible
o nerviosismo.
Crisis epilépticas generalizadas
Son aquellas cuyo primer síntoma apreciable depende de la lesión de
ambos hemisferios cerebrales. La pérdida de la consciencia ocurre desde el
primer momento del ataque y las manifestaciones motoras afectan a las cuatro
extremidades.
CRISIS GENERALIZADAS CONVULSIVAS
Crisis tónico-clónicas o “gran mal”
La fase tónica se inicia con la contracción de los músculos en flexión o
en extensión. Dura de 10 a 30 segundos. La respiración se interrumpe. El
enfermo puede emitir un grito agudo por el espasmo de la laringe y tiene la
mandíbula apretada. La fase clónica comienza con sacudidas muy breves y poco
amplias, que progresivamente se hacen más amplias, violentas y espaciadas,
sincronizadas y simétricas en las cuatro extremidades. Dura alrededor de 1
minuto. El enfermo suda y babea. La respiración es entrecortada. Puede haber
taquicardia y subida de la tensión arterial. Es frecuente que el enfermo se lastime
al caer y se orine. Puede morderse la lengua. Al despertar de la crisis, el
paciente está confuso y no recuerda lo sucedido, tiene dolorde cabeza y dolor muscular.
Puede estar cansado y dormir varias horas.
Crisis tónicas
Producen un espasmo muscular prolongado. La contracción muscular se
incrementa y se extiende progresivamente por el tronco y las extremidades. Es
frecuente que al inicio de la crisis el paciente tenga los ojos y la boca
abiertos y emita ruido. Los brazos se doblan y las piernas y el tronco se
extienden. Estas crisis son muy breves, de menos de 1 minuto, y a menudo
provocan la caída del paciente.
Crisis mioclónicas
Son sacudidas musculares breves, como un choque eléctrico. Aparecen
espontáneamente o provocadas por estímulos sensitivos o sensoriales (haces de
luz intermitente), y facilitadas por la fatiga, el estrés, el alcohol o la
falta de sueño.
Crisis atónicas
Se produce una pérdida del tono postural, es decir, los músculos
“pierden su fuerza”. Provocan la caída del paciente. Pueden durar desde unos
segundos a varios minutos.
Crisis generalizadas no convulsivas
Ausencias típicas o “pequeño mal”
Se manifiestan por una pérdida brusca de consciencia sin pérdida del
tono postural. El comienzo y fin de la crisis es brusco. La mayoría dura menos
de diez segundos. La crisis se manifiesta como una desconexión del paciente con
su entorno. El enfermo interrumpe la actividad que estaba realizando en ese
momento y mantiene la vista fija, el rostro inexpresivo, y los párpados
entornados. Cuando recupera la consciencia reanuda la actividad interrumpida y
la mayoría de las veces no recuerda lo sucedido. Pueden ser frecuentes al
despertar o ser facilitadas por la fatiga, el sueño y la fotoestimulación
intermitente. Son sensibles a la hiperventilación (respirar muy rápido).
Ausencias atípicas
Se caracterizan por la pérdida brusca de la consciencia. El comienzo es
más gradual y son más prolongadas. El enfermo puede sufrir una inconsciencia
parcial y deambular durante las crisis. Suelen ir acompañadas de trastornos del
aprendizaje o bajo nivel intelectual.
Crisis epilépticas focales
Son aquellas en las que la descarga se origina en un área relativamente
limitada de la corteza cerebral y durante la cual el paciente experimenta una
combinación de síntomas y signos motores, sensitivos, sensoriales, psíquicos y
vegetativos, de los cuales es parcial o totalmente consciente.
Síntomas y signos vegetativos: incluyen cambios de color en la piel (palidez o
enrojecimiento), aumento de la presión arterial, taquicardia o bradicardia,
piloerección, dilatación de la pupila… A veces son graves, e incluso mortales,
porque producen síncopes, parada respiratoria, anoxia (falta de oxígeno) y
edema pulmonar (líquido en el pulmón).
Síntomas sensitivos: pueden ser elementales, como hormigueos, quemazón, dolor y otras
sensaciones desagradables; o más elaborados.
Síntomas visuales simples: consisten en alucinaciones en forma de luces o colores. También pueden
ser ilusiones o alucinaciones más complejas.
Síntomas y signos motores: ocurren en un segmento corporal determinado y no en
todo el cuerpo. Suelen ser conductas repetitivas.
Alteraciones del lenguaje: en algunos casos se puede detener el lenguaje o la vocalización. En
otros casos, el paciente repite frases sin sentido, o contesta inadecuadamente
al observador.
Síntomas psíquicos: el paciente experimenta una sensación de irrealidad y falta de
familiaridad con el ambiente que le rodea, como si todo fuera desconocido y se
encontrara en un sitio extraño (jamais vu); o bien al contrario, nota
una sensación ya conocida o de asistir a un acontecimiento muy familiar (déjà vu).
Alucinaciones: además de visuales, hay olfativas y auditivas. En cada caso pueden ser
simples (un olor desagradable, un zumbido, un pitido…) o complejas (olores
elaborados, audición de música, voces o mensajes). También pueden tener
experiencias de felicidad próximas a estados místicos con sensación de
grandiosidad, levitación por el espacio, o apariciones celestiales.
Automatismos: los más simples son el chupeteo, deglución, apertura y cierre de una
mano o cambio en la expresión facial (alegría, sorpresa, miedo). Otros más
complejos son frotar las manos entre sí, la ropa o los genitales.
Crisis gelásticas: son aquellas en las que el sujeto experimenta una sensación de alegría
inmotivada y risa automática incontrolable.
Crisis continuas, estado de mal epiléptico o status epiléptico
Se considera un estado de mal epiléptico cuando la crisis dura al menos
30 minutos, o cuando su repetición es tan frecuente que no hay recuperación del
paciente entre un episodio y el siguiente. Se pueden dividir en dos grupos: los
estados de mal convulsivos y los estados de mal no convulsivos (tienen la misma
clínica que lo anteriormente descrito pero duran al menos 30 minutos o las
crisis se solapan sin recuperación entre ellas). La causa más frecuente es el
abandono de la medicación en pacientes tratados con antiepilépticos, pero
también ocurre con el abuso de alcohol, la fiebre, algunos fármacos y debido a
alteraciones metabólicas. Es más frecuente en niños que en adultos.
Se denomina status
epiléptico refractario al tratamiento cuando
las crisis duran más de 60 minutos, a pesar de que el paciente siga un
tratamiento adecuado con fármacos antiepilépticos.
CAUSAS DE LA EPILEPSIA
La
epilepsia puede deberse a distintas causas:
CAUSAS
HEREDITARIAS
Son
epilepsias genéticamente determinadas.
CAUSAS
CONGÉNITAS
LESIONES
INTRAUTERINAS.
MALFORMACIONES
VASCULARES.
TRASTORNOS
CONGÉNITOS DEL METABOLISMO (AMINOACIDURIAS, LEUCODISTROFIAS).
MIOPATÍAS
CONGÉNITAS.
EPILEPSIAS
MIOCLÓNICAS.
CAUSAS
ADQUIRIDAS
TRAUMATISMOS.
LESIONES
POSTQUIRÚRGICAS.
LESIONES
POSTINFECCIOSAS (SECUELA DE MENINGITIS BACTERIANA O ENCEFALITIS VIRAL).
INFARTO
Y HEMORRAGIA CEREBRAL.
TUMORES
(ASTROCITOMAS, MENINGIOMAS, OLIGODENDROGLIOMAS).
ESCLEROSIS
DEL HIPOCAMPO (DEL LÓBULO TEMPORAL).
ENFERMEDADES DEGENERATIVAS
(DEMENCIAS Y OTRAS).
ENFERMEDADES
METABÓLICAS ADQUIRIDAS.
CLASIFICACIÓN
De
acuerdo con la causa de la epilepsia se clasifica en:
Sintomáticas: es aquella que tiene un
antecedente demostrado, en la que se conoce la causa que la produce.
Criptogénica: es aquella a la que por el contexto clínico o
de imagen se le supone una causa u origen lesional, que no se puede determinar
con seguridad. Es decir, se intuye la causa pero no se ha podido demostrar.
Idiopáticas: es aquella que no tiene causa conocida y en la que
la influencia genética es mayor.
SÍNTOMAS DE LA EPILEPSIA
El
síntoma epiléptico por excelencia, y aquel que define la enfermedad, es la crisis
epiléptica, ya que es preciso que se presenten dos o más crisis espontáneas
para que se diagnostique esta patología, debido a que se puede tener una crisis
epiléptica aislada y ello no significa que se padezca epilepsia. Otros síntomas
de la epilepsia, son mareos, dificultad para hablar,
sensación de desconexión con el entorno, convulsiones, rigidez muscular,
etc.
Por
otra parte, se denomina síndrome epiléptico al
conjunto de síntomas y signos que definen un proceso epiléptico por
el tipo de crisis, su historia natural, que incluye una o varias causas
reconocidas, la predisposición hereditaria, un determinado tipo de crisis y de
anomalías en el EEG, la respuesta al tratamiento y el
pronóstico.
Las
manifestaciones clínicas de una crisis epiléptica se presentan de forma
repentina y su duración es breve. Pueden ser motoras, sensitivas, vegetativas,
psíquicas, con o sin disminución de la consciencia. Los síntomas dependen del
área cerebral en la que se origina la descarga, y de su extensión o no al
conjunto del cerebro. Una crisis epiléptica se considera un síntoma y, con
carácter aislado, no demuestra la existencia de un síndrome o enfermedad
epiléptica; de hecho, del 2 al 3% de la población sufre una crisis epiléptica
en algún momento de su vida.
FACTORES
DESENCADENANTES
Las
crisis epilépticas pueden surgir como respuesta a diversos estímulos, y según
la naturaleza de los mismos son clasificados como:
Crisis
provocada: es la que aparece
en relación temporal inmediata con una agresión aguda del cerebro como un
ictus, un traumatismo, anoxia (falta de oxígeno), encefalitis o una alteración
tóxico-metabólica aguda.
Crisis
precipitada: es la que ocurre
como consecuencia de un factor inespecífico como la falta de sueño, el estrés o el consumo excesivo de
alcohol, en una persona con o sin crisis espontáneas previas.
Crisis
refleja: es la que sucede a
un estímulo sensitivo o sensorial.
Actividad
y remisión
Una
epilepsia está en actividad cuando el paciente ha sufrido una crisis en los dos
últimos años. Una epilepsia está en remisión si no se han producido crisis en
dos años. Esta distinción es importante para determinar si el paciente debe
continuar o no en tratamiento farmacológico.
DIAGNÓSTICO DE LA EPILEPSIA
El diagnóstico de la epilepsia es clínico y se basa en el
interrogatorio. Es necesario obtener información de un familiar o allegado que
haya sido testigo de los ataques, pues el paciente no es capaz de describirlos
en su totalidad.
Hay que intentar conocer todo lo ocurrido antes, durante y después de la
crisis. Es muy importante incidir en los
antecedentes personales (trauma perinatal, alteraciones del
desarrollo psicomotor, convulsiones febriles, meningoencefalitis, traumatismos
cerebrales, o historia familiar de epilepsia). Se deben realizar siempre
análisis de sangre y orina, radiografía de tórax, un electrocardiograma y un electroencefalograma (EEG).
La neuroimagen por TAC-RMN permite identificar la mayoría de las lesiones cerebrales causantes de la epilepsia (lesiones
anatómicas visibles), pero no se puede realizar a todos los pacientes. Se
utiliza en aquellas epilepsias de causa desconocida, especialmente si es de
comienzo reciente, si la exploración neurológica es anormal o si en el EEG
existen signos de sufrimiento cerebral focal.
TRATAMIENTO DE LA EPILEPSIA
El tratamiento
de la epilepsia es principalmente farmacológico. En un 50-60% de los
pacientes, el tratamiento farmacológico es sencillo, eficaz al primer intento,
y requiere poca supervisión; un 20% de los pacientes necesitan ajustes o
combinaciones de fármacos, y otro 20% de pacientes son incontrolables con los
fármacos actuales. Una minoría de pacientes es susceptible de tratamiento
quirúrgico.
Los fármacos
antiepilépticos (FAEs) tienen como objetivo el control total
de las crisis sin producir efectos adversos. En general, inhiben los
circuitos neuronales cerebrales y son eficaces si se prescriben
correctamente.
Los
FAEs se deben introducir de forma lenta y progresiva. En general las dosis se
incrementan en 4-6 semanas. Es importante el cumplimiento estricto del
tratamiento y es muy grave el abandono brusco del mismo. Si fuese necesario un
cambio de tratamiento, este se realizará de forma gradual. Si se comprueba que
un fármaco es ineficaz, se introduce otro de forma progresiva, y hacia la
segunda o tercera semana, se retira el primero.
Solo
la toxicidad producida por los FAEs es razón suficiente para
suspender un tratamiento antiepiléptico. Si el tratamiento es eficaz y sin
efectos secundarios no debe modificarse por ninguna razón. Sin embargo, se
considera que tras un plazo de varios años sin crisis se puede plantear la
suspensión del tratamiento (en general de 2-5 años). Esta decisión debe ser
individualizada y aconsejada por un neurólogo.
El tratamiento
quirúrgico de la epilepsia se realiza a un paciente portador de una
lesión benigna y estática, con el objetivo de librarlo de las crisis. Deben
cumplir el requisito de padecer una epilepsia fármacorresistente. También se
tiene en cuenta el número y tipo de crisis y su repercusión en la calidad de
vida del enfermo. Debe realizarse un estudio previo a la cirugía para localizar
la zona que origina las crisis, y poder extirparla sin ocasionar defectos
neurológicos.
PRONÓSTICO DE LA EPILEPSIA
El
pronóstico de una persona con epilepsia es muy variable. Hay síndromes benignos
que remiten por completo; otros que, sin desaparecer, se pueden controlar
adecuadamente con medicamentos y permiten al enfermo llevar una vida
normal; y otros, por último, que son rebeldes al tratamiento. Solo se puede
hacer un pronóstico en relación con el síndrome epiléptico concreto que tenga
un paciente.
En
general, el pronóstico de la epilepsia depende de factores como la causa, el
tipo de crisis, la edad de comienzo y la instauración rápida del tratamiento.
En general son más graves si se inician en la infancia, cuando existen lesiones
cerebrales orgánicas, si el nivel intelectual es bajo, si el paciente
sufre distintos tipos de crisis, y cuanto mayor sea la duración de la
enfermedad.
Si el
paciente responde al primer tratamiento y está libre de crisis durante 1-2
años, tiene un 95% de probabilidades de remisión.
Consejos
para pacientes con epilepsia
Los
pacientes epilépticos deben tomar dos precauciones fundamentales: abstenerse de
consumir alcohol y otras drogas, y mantener un sueño nocturno regular.
La
mayoría de los enfermos no precisan restricciones en su dieta habitual ni
cambios en su régimen de vida.
Pueden
practicar deportes de
forma moderada bajo supervisión, con excepción de aquellos deportes considerados
de máximo riesgo y que, o bien se realizan en solitario, o resultarían muy
peligrosos en el caso de que el paciente sufra una crisis durante la práctica
de los mismos, como alpinismo, pesca submarina...., o aquellos que requieran el
empleo de vehículos a motor.
El uso
de la televisión, ordenadores o videojuegos y la asistencia a discotecas solo
están restringidos en caso de epilepsias desencadenadas por estímulos
luminosos.
EPILEPSIA(según Wikipedia)
La epilepsia (del latín epilepsia, y este del griego ἐπιληψία,
intercepción) es un trastorno provocado por un desequilibrio en la actividad
eléctrica de las neuronas de alguna zona del cerebro. Se caracteriza por
uno o varios trastornos neurológicos que dejan una predisposición en el cerebro a padecer convulsiones recurrentes, que suelen
dar lugar a consecuencias neurobiológicas, cognitivas y psicológicas.1
Una convulsión o crisis epiléptica o comicial es un evento súbito y de
corta duración, caracterizado por una anormal y excesiva o bien sincrónica
actividad neuronal en el cerebro. Las crisis
epilépticas suelen ser transitorias, con o sin disminución del nivel de
consciencia, movimientos convulsivos y otras manifestaciones clínicas.
La epilepsia puede tener muchas causas. Puede tener origen en
lesiones cerebrales de cualquier tipo (traumatismos
craneales, secuelas de meningitis, tumores,
etc.) pero en muchos casos no hay ninguna lesión, sino únicamente una
predisposición de origen genético a padecer las crisis. Cuando no hay una causa
genética o traumática identificada se llama Epilepsia idiopática y
los genes desempeñan un papel de modulación del
riesgo de que ocurra un episodio y también en la respuesta al tratamiento.2 Las benzodiazepinas tienen buen pronóstico
en el control de esta enfermedad.[cita requerida]
Para diagnosticar un paciente epiléptico se requiere conocer los
antecedentes personales y familiares y, por lo general, se corrobora
con un electroencefalograma (EEG).
También forman parte del diagnóstico estudios de imagenología, mientras que se
reservan los procedimientos diagnósticos más especializados para casos muy
puntuales. El tratamiento consiste en la administración de medicamentos anticonvulsivos. En los casos refractarios,
se apela a otros métodos incluyendo la cirugía. La epilepsia causa
múltiples efectos en la vida cotidiana del paciente, de manera que el
tratamiento debe incluir el abordaje de estos efectos.
Esta enfermedad también afecta a los animales, especialmente a los domésticos, sean gatos o perros,
los síntomas son los mismos descritos para el ser humano.3
En España, el Día Nacional de la Epilepsia se celebra
el 24 de mayo que se empezó a conmemorar
en el año 2006.4
El término epilepsia puede resultar confuso, ya que en
el ámbito coloquial se suele utilizar indiscriminadamente para toda aquella
persona que presenta una convulsión, de tal manera que un individuo puede haber
tenido una convulsión por niveles bajos de azúcar en la sangre o
un niño con una fiebre alta.
No obstante, la epilepsia describe un trastorno en el que una persona tiene convulsiones recurrentes en el tiempo
debido a un proceso crónico subyacente, de causa desconocida o no.5
No todas las personas que padecen una convulsión se diagnostican de epilepsia.
Habitualmente es necesario haber presentado al menos dos episodios de crisis
epilépticas o un episodio asociado a hallazgos patológicos en el electroencefalograma
interictal, es decir, entre una convulsión y la otra, que no está precedida por
una causa identificable, por ejemplo, una inflamación aguda, una descarga eléctrica o envenenamiento, tumores o hemorragias
intracraneales.
Las crisis epilépticas se clasifican en función de la sintomatología que
presentan, y cada tipo/subtipo se cree que representa un único mecanismo fisiopatológico y
sustrato anatómico. Esto significa que la caracterización del tipo de crisis
epiléptica no solo tiene implicaciones descriptivas de cómo es la crisis, sino
que es una entidad diagnóstica en sí misma, con implicaciones etiológicas, terapéuticas y
pronósticas peculiares.
Cada tipo de epilepsia tiene diferentes manifestaciones que se
determinan a través del tipo de crisis epiléptica, así como a través de la
etiología, del curso de la enfermedad, de su pronóstico (desenlace probable de
la enfermedad) y por último a través de un diagnóstico EEG (“curva
de corriente en el cerebro”). El estudio del electroencefalograma no
siempre informa que haya indicios de epilepsia porque muchas veces algunos
cambios eléctricos se producen en zonas tan profundas dentro del cerebro que el electroencefalograma no
los puede detectar. Igualmente hay que acotar, que las descargas sub-clínicas
no sólo se generan en niños con epilepsia, sino también en aquellos que no la
presentan.6 Todos estos factores pueden
ser muy diversos, según cada una de las diferentes formas de la epilepsia.
Lo mismo que en las convulsiones, se diferencia también en las
epilepsias entre formas generalizadas y focales, dependiendo de si están
acompañadas de convulsiones generalizadas o focales.
CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LAS CONVULSIONES EPILÉPTICAS7
|
I. Crisis generalizadas (simétricas en ambos lados y sin inicio local)
|
A. Tónicas, clónicas o tónico-clónicas (gran mal)
|
B. De ausencia (pequeño mal)
Sólo con pérdida de la conciencia
Complejas: con movimientos clónicos, tónicos o automáticos breves
|
C. Síndrome de Lennox-Gastaut
|
D. Epilepsia mioclónica juvenil
|
E. Espasmos infantiles (síndrome de West)
|
F. Atónicas (astáticas, acinéticas) (a veces con sacudidas
mioclónicas)
|
II. Crisis parciales o focales (las crisis inician en forma local)
|
A. Simples (sin pérdida del estado de alerta o alteración en la
función psíquica)
Motoras originadas en el lóbulo frontal (tónicas, clónicas,
tónico-clónicas: jacksonianas;
epilepsia benigna de la infancia; epilepsia parcial continua)
Somatosensoriales
o sensoriales especiales (visuales, auditivas, olfatorias, gustativas,
vertiginosas)
Vegetativas
Psíquicas puras
|
B. Complejas (con trastorno de la conciencia)
Inician como crisis parciales simples y progresan hasta afectar el
estado de conciencia
Con trastorno de la conciencia desde el principio
|
III. Síndromes epilépticos especiales
|
A. Mioclono y crisis mioclónicas
|
B. Epilepsia refleja
|
C. Afasia adquirida con trastorno convulsivo
|
D. Crisis febriles y de otras clases de la lactancia y la infancia
|
E. Crisis histéricas
|
Una segunda clasificación planteada por la ILAE plantea la posibilidad
de clasificarla en idiopática, Criptogénica y sintomática.
Las causas de los diferentes tipos de epilepsias pueden ser de índole diversa.8
|
ICD
|
Enfermedad
|
G40.0
|
Epilepsia idiopática parcial focalizada y síndromes epilépticos con principios
de ataque localizados
|
G40.1
|
Epilepsia sintomática parcial focalizada y síndromes epilépticos con
ataques parciales simples
|
G40.2
|
Epilepsia sintomática parcial focalizada y síndromes epilépticos con
ataques parciales complejos
|
G40.3
|
Epilepsia idiopática generalizada y síndromes epilépticos
|
G40.4
|
Otras epilepsias generalizadas y síndromes epilépticos
|
G40.5
|
Síndromes epilépticos especiales
|
G40.6
|
Ataques grand mal, sin especificar (con o sin petit mal)
|
G40.7
|
Petit mal, sin especificar, sin ataques grand mal
|
G40.8
|
Otras epilepsias
|
G40.9
|
Epilepsia, sin especificar
|
La mayor parte de las epilepsias, según su etiología, son epilepsias
residuales, esto es epilepsias como secuela, como “residuo”, de un trastorno
cerebral anterior ya concluido. Estas epilepsias residuales o de defecto pueden
ser consecuencia de una infecciosa durante el embarazo (por ej. la rubeola), por falta de oxígeno durante el
nacimiento, por una encefalitis o
meningitis padecida durante la niñez o por una contusión cerebral sufrida
a causa de un accidente. Éstas son las denominadas epilepsias sintomáticas.
Por un proceso de epilepsia se entiende por el contrario una
enfermedad-epilepsia, consecuencia de una enfermedad neurológica progresiva
(proceso en continuación, no concluido). El ejemplo más importante y común en
un proceso de epilepsia es el tumor cerebral; aunque también pueden
conducir a una epilepsia los trastornos o enfermedades
metabólicas. Puede ser una manifestación de la enfermedad de
Wernicke.
Las epilepsias en las que se presume un origen orgánico, pero que aún no
puede ser probado, se denominan epilepsias criptógenas (criptógena = origen
oculto), mientras que las epilepsias idiopáticas son aquellas que tienen un
origen hereditario y
su cuadro clínico y
hallazgos electroencefalográficos siguen un patrón rígido.9Éstas últimas pueden aparecer en
varios miembros de una familia, debido a que, como en muchas otras enfermedades
(por ej. diabetes, reumatismo) no la enfermedad misma, sino la
predisposición a ésta se transmite a la descendencia.
Existen más de 40 tipos diferentes de epilepsias. Síndrome epiléptico es
el nombre de un conjunto de signos y síntomas específicos, que incluyen uno o
más tipos de crisis epiléptica junto con sintomatología no necesariamente convulsiva,
como por ejemplo, retardo mental o psicomotor, y que pese a constituir una
entidad diferenciable clínicamente, puede tener diversas causas.
Existen también enfermedades epilépticas, que por razón de sus
características, específicas y bien definidas, cursan con convulsiones
repetitivas. Habitualmente tiene nombre propio, como la Enfermedad de Unverricht-Lundborg o el síndrome de
Lennox-Gastaut. Otros síndromes epilépticos incluyen las siguientes:
Encefalopatía
epiléptica : en la cual se cree que las propias crisis convulsivas
contribuyen al establecimiento de un trastorno progresivo de la función
cerebral.
Síndrome
epiléptico benigno: se considera benigno aquel síndrome epiléptico que es fácilmente
tratable o no necesita tratamiento por ser autolimitado en el tiempo y remitir
sin secuelas.
Síndrome epiléptico/epilepsia
refleja:
son aquellos síndromes epilépticos en los que todas las crisis comiciales se
desencadenan por un estímulo sensorial.
Síndrome epiléptico/epilepsia
reactiva:
son aquellas epilepsias relacionadas con una situación previa, como las crisis
convulsivas por de privación alcohólica.
Síndrome
De Epilepsia en niñas sin/con retraso mental : Es una epilepsia
genética que se da en niñas dentro de los tres primeros años de vida, las
crisis pueden ser de distinto tipo las más frecuentes son las crisis
tónico-clónicas generalizadas o unilaterales, normalmente comienzan con
convulsiones en serie o encadenadas, suele confundirse con otros síndromes como
el Dravet, las niñas entre los 14 meses y 36 hay un 1/3 de niñas con
coeficiente intelectual normal, pero hay 2/3 que presentan retraso de algún tipo.
Las crisis pueden comenzar con fiebre, sin fiebre y/o con las vacunas
(Importante señalar que las vacunas no son la causa, son el detonante) como
ocurre con el Síndrome de Dravet. En 2008 se encontró la mutación causante de
la enfermedad, el PCDH19.11 Esta epilepsia también es
llamada síndrome de
Juberg - Hellman
Epilepsia
catamenial: es aquella que varía la frecuencia de las crisis dependiendo de la
fase del ciclo menstrual en
el que se encuentre una mujer. La mayoría presentan crisis epilépticas
inmediatamente antes o durante la menstruación, o un incremento de éstas.12
Epilepsia occipital benigna de la infancia: la mayoría de las
autoridades incluyen dos subtipos, un subtipo de inicio temprano con entre tres
y cinco años, y uno de inicio tardío, entre los siete y los diez años. Los
pacientes más jóvenes suelen experimentar síntomas similares a la migraña con náuseas y dolor de cabeza, mientras
que los pacientes mayores suelen quejarse de alteraciones visuales como escorotomas o amaurosis.
Epilepsia primaria de la lectura: en los individuos
susceptibles, la lectura provoca
crisis parciales típicas, afectando a los músculos de la masticación y a la vista. El
desarrollo se suele dar durante la postpubertad. Las crisis las provoca
independientemente cualquier texto y las induce con una mayor frecuencia la
lectura en voz alta.8
Epilepsia
rolándica: también conocida como epilepsia benigna de la infancia con puntas centro
temporales, es el síndrome epiléptico más común en niños, desapareciendo en la
adolescencia. Normalmente consiste en crisis parciales junto a salivación y disartria durante el sueño. En la
mayoría de los casos no es necesario tratamiento alguno.14
Encefalitis de
Rasmussen: enfermedad rara, de etiología desconocida, que aparece con una mayor
frecuencia en niños de edades comprendidas entre los tres y los doce años.
Aparte de la encefalitis, el deterioro neurológico y los anticuerpos
autoinmunes, se caracteriza por crisis epilépticas, normalmente parciales continuas.15
Síndrome de Dravet: las crisis epilépticas
comienzan como crisis clónicas generalizadas o unilaterales, durante el primer
año de vida del paciente. Suelen ser prolongadas (hasta 20 minutos).16
Síndrome
de Ohtahara: es una forma rara de síndrome epiléptico combinado con parálisis
cerebral. Se caracteriza con crisis frecuentes, que suelen comenzar en los
pocos primeros días de vida.17
Síndrome de West: crisis breves durante el
primer año de vida del enfermo, bilaterales y simétricas. Se acompaña de
retraso psicomotor.18
Las crisis epilépticas pueden aparecer por múltiples causas, pero según
la edad de inicio de las crisis es más frecuente que sea por unas que por
otras, tal y como se refleja en el siguiente listado de mayor a menor
frecuencia en cada grupo de edad:
Epilepsia
oligogénica: hay factores genéticos que están involucrados en la
patología pero su recurrencia varía del 5 al 10 % en familiares directos.
Su pronóstico al tratamiento es bueno y sin provocar deterioro intelectual.
Epilepsia
monogénica: se trata de varias generaciones de la misma familia que
repiten el mismo tipo de epilepsia y sus características. Los genes que la
provocan están identificados. Existen más de 255 genes involucrados en la
epilepsia.
Continuamente se están descubriendo nuevas epilepsias de origen genético
que hasta ahora no tenían etiqueta.
En niños de 1 mes a 12 años:
Alteraciones genéticas y enfermedades degenerativas cerebrales.
Infecciones del SNC.
Traumatismos craneoencefálicos (TCE).
Tóxicos y defectos metabólicos.
Traumatismos.
Idiopáticas.
Genéticas y enfermedades degenerativas cerebrales.
Consumo de tóxicos, incluyendo alcohol.
Traumatismos.
Abstinencia del alcohol.
Consumo de tóxicos.
Tumores.
Idiopáticas.
En mayores de 35 años:
Tumores, primera causa entre los 35 y 50 años.
Abstinencia alcohólica.
En mayores de 50 años: accidente cerebrovascular (como secuela).
Una crisis epiléptica o convulsión ocurre cuando una actividad anormal
eléctrica en el cerebro causa un
cambio involuntario de movimiento o función del cuerpo, de sensación, de la
capacidad de estar alerta o de comportamiento. La crisis puede durar desde
unos segundos hasta varios minutos, e incluso en algunas crisis parciales pueden
llegar a ser continuas, durando días, semanas o meses.
Los síntomas que
experimenta una persona durante una crisis epiléptica dependen del lugar en el
cerebro en el cual ocurre la alteración de la actividad eléctrica. Por lo
tanto, el cuadro clínico varía dependiendo del tipo de síndrome epiléptico
causante de las crisis. Se denominan crisis tonico-clónicas (también
llamada de grand mal) a aquellas en el que el paciente pierde el sentido y
se desploma, se pone rígido y tiene espasmos musculares. En las crisis parciales
complejas, el paciente puede parecer confundido o aturdido y no podrá
responder a preguntas ni a instrucciones.
Sin embargo, no todas las crisis son tan notables. Existen ataques muy
leves (petit mal), los cuales apenas pueden ser percibidos por las
personas de alrededor, siendo la única manifestación de la crisis epiléptica un
parpadeo rápido o algunos segundos de mirada perdida con desconexión del medio;
a este tipo de crisis epilépticas se les denomina ausencias y
son relativamente frecuentes durante la infancia.
La epilepsia así como las crisis epilépticas pueden en la actualidad
recibir un tratamiento con
resultados aceptables. En la mayoría de los casos, las epilepsias de la
infancia se curan en la pubertad.19 Cuando la epilepsia se debe a
una lesión claramente visible y esa lesión es eliminada quirúrgicamente, se reduce la intensidad y
frecuencia o bien, en muchos casos, se cura la epilepsia.20 Por lo tanto, al comienzo del
tratamiento se examina al individuo, en busca de causas de la epilepsia que se
puedan eliminar, por ejemplo, la operación de un tumor cerebral o la supresión o
mitigación de un trastorno
metabólico.
En otros casos esto no es posible, ya sea porque no se ha encontrado
ninguna causa o porque ésta no pueda ser eliminada, como es el caso de cicatrices, malformaciones en el cerebro o una predisposición inherente
a las convulsiones. El objetivo en estos casos es la eliminación de los ataques
por medio de medicamentos u
operaciones quirúrgicas.21
En algunos casos un tratamiento quirúrgico puede ser más ventajoso que
el farmacológico; esto sucede normalmente sólo en el caso de epilepsias focales
y de momento afecta a menos de un 5 % de todos los enfermos epilépticos
La terapia “clásica” que se realiza en más del 90 % de todos los
enfermos epilépticos es a través de medicamentos inhibitorios de crisis:
los antiepilépticos.
Normalmente esta terapia medicamentosa se realiza a lo largo de muchos años.
Gracias a ello muchos de los pacientes tratados (un 60 % aproximadamente)
reducen de manera importante la frecuencia de las crisis y en más del 20 %
de los casos se consigue alguna mejora. La tolerancia de
los fármacos antiepilépticos (AED, por sus siglas en inglés) no es muy buena en
general. En algunos casos, estos medicamentos pueden tener efectos
secundarios adversos debido a la alta dosis requerida para
el control de las crisis, siendo absolutamente necesaria una vigilancia
facultativa regular de la terapia. Los efectos secundarios pueden ser agudos (reacción alérgica cutánea) o crónicos
(vértigo, letargo, náuseas, alteraciones del
comportamiento...).22
Además, se calcula que la respuesta a los fármacos puede estar
condicionada hasta en un 85 % por factores genéticos, por lo que ya
existen en el mercado tests que recogen la información farmacogenética del
paciente para que el médico pueda valorar qué tratamiento va a funcionar mejor
en el paciente con epilepsia, en función de sus características genéticas. Así
el médico puede escoger el tipo de fármaco y la dosis más adecuada que evite el
máximo posible los efectos secundarios.23
El fármaco antiepiléptico concreto debe ser individualizado en función
del síndrome epiléptico, tipo de crisis, edad del paciente, otras patologías
que sufra el paciente, interacción con otros medicamentos, características
específicas del paciente (mujer en edad gestacional, embarazo, peso, etc.) y preferencias del
paciente (perfil de efectos secundarios, número de tomas al día, etc.).22
No es aconsejable el cambio entre genéricos porque
puede variar la biodisponibilidad así como los perfiles farmacocinéticos con lo que se puede
modificar el efecto deseado o aumentar los efectos secundarios.
La monoterapia cuando sea posible debe ser la elección, y si esta
fracasa una vez se ha asegurado que se han alcanzado niveles terapéuticos se
debe cambiar a otro fármaco bajo estricta supervisión médica.
La combinación de 2 fármacos solo debe ser considerada cuando hayan
fracasado varios intentos de control de las crisis en monoterapia. Si a pesar
de ello no se controlan, se deberá valorar con qué terapia estaba mejor
controlado el paciente, teniendo en cuenta la frecuencia de aparición de crisis
así como los efectos secundarios.
El tratamiento con un AED se debe iniciar ante una segunda crisis
epiléptica. Ante un primer ataque epiléptico se debe considerar el inicio del
tratamiento con AED si:
Existe déficit neurológico.
El EEG demuestra actividad epiléptica
inequívoca.
La familia no quieren correr el riesgo de un segundo ataque epiléptico.
En las pruebas de imagen se observa alteración estructural.
Para optimizar la adherencia al tratamiento se debe:
Educación sanitaria a paciente y familia.
Disminuir el estigma que
supone la enfermedad.
Utilizar prescripciones sencillas de cumplir.
Mantener buena relación entre los distintos niveles sanitarios y estos
con la familia o cuidadores.
El control analítico de rutina no está recomendado, salvo indicación
clínica. Se debe realizar control analítico si:
Ausencia de adherencia al tratamiento.
Tratamiento de las interacciones farmacocinéticas.
Situaciones clínicas específicas como estatus epiléptico, embarazo,
fallo orgánico.
La decisión para retirar la medicación se debe hacer en consenso con el
paciente, la familia o cuidadores una vez que hayan comprendido el riesgo de un
posible nuevo ataque, una vez tenida en cuenta el tipo de epilepsia, pronóstico
y calidad de vida. Siempre y cuando hayan pasado 2 años sin ningún ataque. La
retirada debe realizarse lentamente, a lo largo de 2-3 meses.
La intervención psicológica puede ser utilizada conjuntamente con el
AED, si este no realiza un control adecuado de la epilepsia, aunque no debe ser
una alternativa a los AEDs. La dieta cetogénica no
debe ser recomendada en adultos. Los ataques convulsivos que duran más de 5
minutos o que se repiten por tres ocasiones en 1 hora deben recibir tratamiento
urgente y como primera elección se debe escoger el Diacepam rectal que es seguro y
eficaz.
SÍNTOMAS DE LA EPILEPSIA
El síntoma epiléptico por excelencia, y aquel que define la enfermedad,
es la crisis epiléptica, ya que es preciso que se presenten dos o más crisis
espontáneas para que se diagnostique esta patología, debido a que se puede
tener una crisis epiléptica aislada y ello no significa que se padezca
epilepsia. Otros síntomas de la epilepsia, son mareos, dificultad para hablar,
sensación de desconexión con el entorno, convulsiones, rigidez muscular, etc.
Por otra parte, se denomina síndrome epiléptico al conjunto de síntomas
y signos que definen un proceso epiléptico por el tipo de crisis, su historia
natural, que incluye una o varias causas reconocidas, la predisposición
hereditaria, un determinado tipo de crisis y de anomalías en el EEG, la
respuesta al tratamiento y el pronóstico.
Las manifestaciones clínicas de una crisis epiléptica se presentan de
forma repentina y su duración es breve. Pueden ser motoras, sensitivas,
vegetativas, psíquicas, con o sin disminución de la consciencia. Los síntomas
dependen del área cerebral en la que se origina la descarga, y de su extensión
o no al conjunto del cerebro. Una crisis epiléptica se considera un síntoma y,
con carácter aislado, no demuestra la existencia de un síndrome o enfermedad
epiléptica; de hecho, del 2 al 3 % de la población sufre una crisis
epiléptica en algún momento de su vida.
TECNOLOGÍA EMPLEADA PARA
DETECTAR LA ENFERMEDAD[EDITAR]
La Magneto Encéfalo Grafía es una tecnología avanzada que se utiliza
para localizar y mapear de una manera no invasiva las áreas normales y
anormales del cerebro. Para registrar con precisión los campos magnéticos del
cerebro, la MEG debe ser alojada en una habitación magnéticamente blindada.
Esta sala especial bloquea todos los demás campos magnéticos del entorno para
que el médico pueda grabar sólo los campos magnéticos del cerebro.
El Programa de Epilepsia y Mapeo Cerebral (PEMC) es el único centro en
el área de Los Ángeles que utiliza el equipo MEG de cabeza. Combinamos esta
sofisticada tecnología con Electroencefalografía (EEG), resonancia magnética
por imágenes (RMI), pruebas WADA, pruebas de neuropsicometría, resonancia
magnética espectroscópica (RME) y PET para localizar más precisamente el punto
de origen de las convulsiones. Los médicos del PEMC han encontrado que la combinación
de estas tecnologías es crítica no sólo para erradicar con precisión las
convulsiones del paciente sino también para eliminar con seguridad la zona de
origen de las convulsiones sin alterar las funciones normales del cerebro.
El Laboratorio de Investigación de neuromagnetismo del PEMC está situado
en la Calle Pico N° 10, Pasadena, California. El Director del Laboratorio e
Investigador Principal, Dr. William W. Sutherling, es un pionero en el campo de
la investigación con MEG. Es considerado uno de los principales expertos sobre
el tema en la nación. El actual Laboratorio MEG ha sido apoyado por 15 años con
fondos de los Institutos Nacionales de Salud. La implementación de una
subvención específica compartida hace que el MEG este disponible para otros
científicos en todo el país.
Si bien se han hecho enormes progresos, el potencial del MEG recién ha
comenzando a manifestarse. Ofrece una enorme ventana en el cerebro que permite
una mejor localización no invasiva para la cirugía de epilepsia y tratar el
devastador trastorno de la epilepsia médicamente intratable.
La neurocirugía está
indicada cuando la epilepsia es resistente a los AEDs. La cirugía puede ser paliativa o
curativa. La paliativa se realiza en los casos de epilepsias catastróficas. La
valoración de realizar una cirugía resectiva, que pueda ser curativa, debe
realizarse antes del planteamiento de realizar tratamientos paliativos como la
estimulación del nervio vago. Esta
valoración tiene dos fases: una no invasiva y una invasiva; la no invasiva
consiste en realizar estudios clínicas que no necesitan de una intervención quirúrgica.
Estos estudios son: EEG basal, un video monitoreo, una IRM de
cerebro con características especiales, de acuerdo al tipo de epilepsia que
estemos investigando. Pueden sumarse estudios de S.P.E.C.T. o de P.E.T. Siempre
incluye además una valoración neurosicológica.
Los estudios de Fase 2, que necesitan de una cirugía son: la colocación
de electrodos subdurales o la estimulación cortical transoperatoria. A esta fase
se llega en los casos de difícil diagnóstico, o en los que no hay una lesión
visible en las imágenes.
Hay que tomar en cuenta además, de que la cirugía de epilepsia no
consiste en sacar una lesión, sino en delimitar una zona desde donde se
originan las crisis convulsivas. Es por esto que se necesitan de todos estos
estudios, antes de decidirse por un tratamiento quirúrgico. La estimulación del
nervio vago es una alternativa en aquellos pacientes en los que no hay control
completo de los ataques y donde la cirugía está contraindicada. Está indicada
en crisis parciales (incluyendo las secundariamente generalizadas) y las crisis
generalizadas.
En casos severos, una opción quirúrgica es realizar una escisión cerebral. Esta operación consta de un corte en
el cerebro que imposibilita que los hemisferios cerebrales se comuniquen. Esta
falta de comunicación genera que coexistan dos mentes en un cerebro, ya que
puede haber información que es conocida por un hemisferio y desconocida por el
otro, así como pueden haber conductas generada o monitoriada por un hemisferio
y desconocidas por el otro. A pesar de que esta operación genera una lesión
cerebral que conlleva efectos colaterales indeseados, los pacientes logran
controlar las crisis epilépticas lo que implica un gran avance a su calidad de vida.
LA EPILEPSIA Y EL EMBARAZO[EDITAR]
La epilepsia si está controlada no es un problema en el embarzo, sin
embargo es un momento crítico y de gran importancia pues existe un cambio
hormonal importante que puede afectar en la enfermedad, existen guías médicas
sobre cuidados para las embarazadas en el embarazo24 tiene gran importancia: el
control de las crisis, prevención de golpes al feto, y el uso de medicamentos.
Los fármacos no se deben interrumpir, sin embargo se aconseja que se utilice un
único fármaco antiepileptico y que se use en la mínima dosis posible, estudios
indican que algunos antiepilépticos pueden provocar malformaciones de distinto
tipo además de nacer con un menor coeficiente intelectual. Sin embargo es
importante subrayar que un embarazo con una epilepsia descontrolada es mucho peor
para la madre y el feto.
LA EPILEPSIA Y LACTANCIA[EDITAR]
La lactancia es una época dura y difícil que se asocia al cansancio,
cambios hormonales y a la falta de sueño. Las mujeres epilépticas para evitar
problemas en el postparto y la lactancia deben descansar adecuadamente y
recibir ayuda familiar. Estudios indican que hay bajo riesgo para el lactante,
sin embargo se aconseja que la madre permanezca acostada al dar el pecho, se
debe no dar fenobarbital a la madre y realizar un destete progresivo si fuera
necesario.
Las crisis epilépticas no conducen inevitablemente a una reducción de
determinadas funciones cerebrales (por ej. la inteligencia), aunque sea un prejuicio muy extendido. Además, de
existir comportamientos psíquicos extraños en enfermos que padecen crisis
(retraso en el desarrollo intelectual, trastornos en el comportamiento o en el
habla...), estos no son por lo general provocados por la epilepsia, sino que su origen se encuentra en el trastorno
cerebral, que a la vez es la causa de las crisis epilépticas.
La necesidad de superar la enfermedad, rechazos en la escuela, en el trabajo y
en diversos grupos sociales,
por los prejuicios de sus semejantes debido al desconocimiento de la epilepsia,
así como desventajas en el día a día (en el deporte, carné de conducir,
diversas solicitudes...) hacen que los pacientes tengan que sufrir a menudo
cargas emocionales exageradas en comparación con la realidad de la enfermedad.
Por otro lado, en muchos países se limita el acceso a licencias de
conducir, de pilotar o
de manejar maquinaria, lo que a
veces reduce la posibilidad de elegir un trabajo. Estas prohibiciones no suelen
afectar a aquellos pacientes que puedan controlar sus crisis.25
Apenas ninguna otra enfermedad nos permite remontarnos en la historia de
la medicina tanto como la epilepsia; existen numerosas referencias desde los
primeros tiempos de la historia que constatan que esta enfermedad ha acompañado
al hombre desde sus orígenes. Esta enfermedad era considerada como una de las
enfermedades crónicas más habituales.
El concepto de epilepsia se deriva de la palabra griega ἐπιλαμβάνειν, ēpilambáneim (ser
agarrado, atacado). Epilepsia es pues “ataque” o “enfermedad que se manifiesta
por medio de ataques (crisis)”. Dado que hay diferentes enfermedades que
producen crisis, es mejor hablar de epilepsias.
En antiguos textos mesopotámicos se describen ya sus
síntomas típicos como la enfermedad de Bennu, o Sitbu, aunque estos términos
para algunos autores parecen designar también “contagio” o “lepra”.26 Se comprueba también que no
era infrecuente: en el código de Hammurabi,
cuerpo legislativo de la Babilonia del
siglo XVII a. C., se establece que, si se descubre que un esclavo
adquirido recientemente sufre bennu, éste puede ser devuelto a su anterior
propietario en el plazo de un mes.
El cuerpo de quien padece una crisis epiléptica parece no obedecer a su
dueño, sino a voluntad ajena. De ahí que se relacionara con la deidad. Los
seguidores de la religión tibetana Bön tenían
por elegidos a quienes la padecían, mientras que en la antigüedad judeocristiana se consideraba su
padecimiento como un castigo divino o como obra de demonios.
En el Evangelio de Marcos (9,
17-18) se incluye una descripción de la época que ilustra a la perfección una
crisis epiléptica sufrida desde la infancia, donde dice que al no poder echar
al espíritu causante de la crisis sus discípulos se lo llevaron a Jesús el cual
pudo hacerlo y el poseído quedó como muerto para luego hacerlo parar, en el
mismo capítulo se menciona otra persona que expulsaba espíritus en su nombre:27
Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu inmundo, y
dondequiera que se apodera de él, le derriba y le hace echar espumarajos y
rechinar los dientes y se queda rígido...Evangelio de Marcos (9,17-18)
Pero no tardó en cuestionarse el origen preternatural de la epilepsia.
En el siglo V a. C., Hipócrates observó en soldados y gladiadores que las heridas por
traumatismo craneoencefálico se asociaban con cierta frecuencia a ataques
epilépticos, desconcertantemente similares a los que observaba en sus propios
pacientes; y el mismísimo Julio César sufría esta afección.28
En la Edad Media se
perdió ese legado médico. Se volvió a atribuir a la epilepsia una causa
sobrenatural. Los enfermos y sus familiares rezaban, implorando ayuda, a la Virgen María y a San Valentín,
en particular. De hecho, en algunos países se conocía la epilepsia como “mal
de San Valentín”.29
Debido al estigma bíblico, se la llamó morbus
sacer (enfermedad sagrada), y se dividió por mucho tiempo en grand
mal y petit mal. El primero hacía referencia a las convulsiones caracterizadas por inconsciencia, el paciente se caía al suelo
y en algunos casos se contorsionaba, apretaba los dientes y emanaba espuma de la boca.
El petit mal se caracteriza por un efímero momento de
inconsciencia, a menudo quienes rodean al paciente no se percatan del ataque.
LA EPILEPSIA EN LA LITERATURA Y EN LA MÚSICA[EDITAR]
La literatura ha ofrecido una perspectiva amplia sobre enfermedades
mentales y neurológicas como la paranoia,
la neurosis, la histeria y la epilepsia,
que puede apreciarse en la representación y significación de numerosas obras
como Otra vuelta de
tuerca por Henry James, La
corazonada de una suerte de Fiódor Dostoyevski,
así como obras de León Tolstói, Hermann Hesse, Edgar Allan Poe y María de Jorge Isaacs que narra la historia de
la enfermedad hereditaria epiléptica de María, la protagonista de la historia.
Por ejemplo, Dostoyevski, paciente a su vez de epilepsia, reflejó los síntomas
de esta enfermedad en personajes de sus obras, como La patrona, Humillados y
ofendidos, El idiota, Los demonios, Diario
de un escritor y los hermanos
Karamázov.32 En cuanto a Otra
vuelta de tuerca de Henry James, se ha descrito que las visiones de
uno de sus personajes coincide con el resultado de una epilepsia focal
temporal.33
El reflejo de la enfermedad en la literatura aúna dimensiones
simbólicas, etiológicas y diagnósticas, entre otros. Desde obras que
se basan en prejuicios y clichés, que dificultan aún más la vida de los
enfermos, a descripciones llenas de comprensión, alguna de las cuales
transmiten fenómenos asociados a las crisis como las percepciones
extraordinarias (por ejemplo, La corazonada de una suerte), o
algunos tipos de alucinaciones.34 35
La preocupación literaria por la epilepsia tiene un significado cada vez
mayor como fenómeno médico y puede estimular al médico, estudiante de medicina
y personal sanitario de una manera más completa en su relación con los enfermos
de epilepsia. De esta manera, se presume que el impacto de la literatura que
describe esta dolencia, como otras, ayuda en la formación del personal
sanitario en cuanto al trato con los pacientes, contribuyendo a la buena
práctica médica y a la ética, en definitiva
diversificando la formación sanitaria.35
MÚSICOS FAMOSOS EPILÉPTICOS[EDITAR]
Ian Curtis, líder y cantante del grupo
inglés Joy Division,
fue uno de los casos más famosos de epilépticos dentro de la historia de la
música rock, el cual
sufría de ataques epilépticos en mitad de sus conciertos.36
Sus compañeros de banda tuvieron que llevarlo al hospital más cercano
para diagnosticarle su enfermedad, ya que el propio Curtis era reacio a acudir
por su propio pie a cualquier centro de salud tras padecer sus ataques
epilépticos, ya que no quería sentirse una carga para su banda.37
Protocolo de actuación ante crisis epilépticas[editar]
En caso de presenciar un ataque epiléptico, es importante tener las
siguientes consideraciones:
No mover al paciente del sitio.
No meter nada en la boca.
Evitar si es posible que se golpee la cabeza.
Solo en casos puntuales es necesario ir a urgencias:
si existe un traumatismo importante;
si tiene varias crisis y entre una y otra no recupera la conciencia o si
una crisis dura más de 5 minutos; ambos casos sería un estatus
epiléptico, siendo muy peligroso.
En la fase tónica de una crisis no se respira debido a una contracción
de todos los músculos del cuerpo. El oxígeno que hay en el cuerpo va a los
órganos vitales, por ese motivo los labios y orejas pueden
presentar cianosis. Esto no es peligroso, siempre que
no sea el mencionado status epilepticus.
El 16 de diciembre de 1997 en Japón, 685 niños fueron hospitalizados
debido a que fueron víctimas de ataques epilépticos por haber presenciado el
episodio dePokémon Dennō Senshi Porygon (episodio
n.° 38 de la primera temporada en la versión original de la serie). Se
descubrió que el cambio rápido entre los coloresrojo y azul en
una escena había provocado las convulsiones.46 47
El videoclip de All Of The Lights de Kanye West,
Rihanna y Kid Cudi tuvo que ser editado con una advertencia en el inicio del
video sobre el peligro de sufrir ataques epilépticos debido a sus cambios
bruscos y repetidos de colores.
EVANGELIO DEL DÍA.
Lecturas de hoy Martes de la 28ª semana del Tiempo
Ordinario
Hoy, martes,
14 de octubre de 2014
Primera
lectura
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (5,1-6):
Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes,
y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. Mirad lo que os digo
yo, Pablo: si os circuncidáis, Cristo no os servirá de nada. Lo afirmo de
nuevo: el que se circuncida tiene el deber de observar la ley entera. Los que
buscáis la justificación por la ley habéis roto con Cristo, habéis caído fuera
del ámbito de la gracia. Para nosotros, la esperanza de la justificación que
aguardamos es obra del Espíritu, por medio de la fe, pues, en Cristo Jesús, da
lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo único que cuenta es una
fe activa en la práctica del amor.
Palabra de Dios
SALMO
Sal
118,41.43.44.45.47.48
R/. Señor, que me alcance tu favor
Señor, que me alcance tu favor,
tu salvación según tu promesa. R/.
No quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos. R/.
Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamás. R/.
Andaré por un camino ancho,
buscando tus decretos. R/.
Serán mi delicia tus mandatos,
que tanto amo. R/.
Levantaré mis manos hacia ti
recitando tus mandatos. R/.
EVANGELIO
DE HOY
LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (11,37-41):
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a
su casa. Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer,
el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el
plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo
lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo
tendréis limpio todo.»
Palabra del Señor
NO ES IMPORTANTE LO EXTERIOR
TIEMPO ORDINARIO
Lucas 11, 37-41. Tiempo Ordinario. ¿Por qué nos fijamos en la
presentación exterior cuando lo más importante es la interior?
Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
Mientras hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando,
pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había
omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien!
Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por
dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior,
¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así
todas las cosas serán puras para vosotros.
Oración introductoria
Dios mío, Tú eres mi Padre amoroso que anhelas que experimente
la auténtica paz y felicidad al dejarte ser el centro de mi vida interior.
Guía mi meditación para que me aleje de las preocupaciones exteriores y
pasajeras y pueda ser dócil a tus inspiraciones.
Petición
Jesús, ayúdame a experimentar vivamente tu amor en esta oración para
corresponderte con más docilidad.
Meditación del Papa Francisco
El llamamiento profético constituye un desafío para todos nosotros,
ninguno excluido, y nos recuerda que la conversión no se reduce a
formas exteriores o a vagos propósitos, sino que implica y transforma toda la
existencia a partir del centro de la persona, desde la conciencia. Estamos invitados
a emprender un camino en el cual, desafiando la rutina, nos esforzamos por
abrir los ojos y los oídos, pero sobre todo, abrir el corazón, para ir más
allá de nuestro “huertecito”.
Abrirse a Dios y a los hermanos. Sabemos que este mundo cada vez más
artificial nos hace vivir en una cultura del “hacer”, de lo “útil”, donde sin
darnos cuenta excluimos a Dios de nuestro horizonte. Pero excluimos también el
horizonte mismo. Hay que “espabilarnos”, recordando que somos creaturas,
sencillamente que no somos Dios. Cuando veo en el pequeño ambiente
cotidiano algunas luchas de poder por ocupar sitios, pienso: esta gente
juega a ser Dios creador. Aún no se han dado cuenta de que no son Dios» (Cf
S.S. Francisco, 5 de marzo de 2014).
REFLEXIÓN
Muchas veces pensamos que tenemos que estar bien presentados para las fiestas,
y si no significa que eres una persona maleducada. Pero ¿por qué nos fijamos en
la presentación exterior cuando lo más importante es la interior?
Cristo se enoja con los fariseos porque no han sabido apreciar la belleza
interior sin mirar la exterior, por eso purifican los vasos por fuera
olvidándose de que lo importante está dentro no fuera.
PROPÓSITO
Pidamos la gracia de purificar nuestros corazones con los sacramentos y las oraciones
que pueden limpiar el interior del hombre. Aprendamos a apreciar en las demás
personas lo bello de sus almas y no tanto la fealdad o suciedad de la persona
que está frente a nosotros.
DIÁLOGO CON CRISTO
Señor, dame la sabiduría para no convertir tus mandamientos en un fin
(cuando son sólo medios), ni situarme en una posición laxa que busca evadir el
esfuerzo. Te ofrezco que, con tu gracia, viviré una caridad generosa: hacer el
bien a los demás, brindar apoyo a todos, ofrecer la estima sincera y servir en
todo lo que me sea posible, éstos sí son los mejores medios para purificar mis
debilidades.
CUMPLIR LOS MANDAMIENTOS PARA ESTAR SANOS. El que aplica la ley del amor en
todos los ámbitos de su existencia, aunque haya nacido con una enfermedad
genética, permanece con energías suficientes para realizar su misión de vida
buena, sin agravarse. Aquel que cumple los mandamientos como debe ser, no
contrae enfermedades venéreas, ni infecciosas graves, tampoco se enfrentará a
un cáncer terminal, porque siempre que se enferme, sea cual fuere la causa,
podrá sanar más fácilmente que aquellos seres que por sus apetitos carnales y
su desorden, no sólo pierden el alma, sino también el control de sanidad y buen
desempeño de su ser integral. Si os amáis y amáis con respeto a los otros,
seréis siempre ante los demás aquello que sois por dentro para vosotros mismos.
Por eso lo que más repudia el Creador, es la mentira, la falsedad, el egoísmo y
la hipocresía, porque desordenan los seres desde adentro y repercute en toda la
Creación. Debéis siempre reconocer vuestros errores, para corregirlos y evitar
haceros daño a vosotros mismos y a los demás que son vuestros hermanos y al
Creador que es nuestro Padre y Dios Único. Mucho cariño y bendiciones a todos.
Gracias benditos. MARTHA LUCIA.